Un libro detalla la vida pastoral de monseñor Marcelo Melani
- 24 de enero, 2023
- Viedma (Río Negro) (AICA)
Con prólogo del papa Francisco, el actual obispo de Viedma, monseñor Esteban Laxague, escribió una biografía sobre el prelado salesiano fallecido en 2021 titulada "Siempre misionero".
El obispo de Viedma, monseñor Esteban María Laxague SDB, destacó que “Siempre misionero”, el libro de su autoría sobre la vida del fallecido monseñor Marcelo Angiolo Melani SDB, nació del deseo y la colaboración de tantos que conocieron al prelado salesiano y aportaron sus recuerdos y testimonios porque, graficó: “Caminamos con él, aprendimos junto a él y lo hemos apreciado”.
El prólogo, escrito por el papa Francisco, presenta una rápida pero precisa descripción de la trayectoria religiosa de Melani, quien falleció el 14 de abril de 2021, a los 82 años, en una clínica de Perú donde estaba internado.
“Dios irrumpe en la vida de Marcelo con una propuesta: el sacerdocio. Lo encuentra a Marcelo con un corazón inquieto, que quiere ser útil a los demás, encuentra un joven que siente que la vida es un don para una misión. Y eso lo llevará, después de un camino de discernimiento, dejándose ayudar, a entrar en la Congregación Salesiana, luego partir como misionero a la Patagonia, asumir el servicio de ser obispo de Viedma, dejar Viedma para un nuevo servicio: ser obispo de Neuquén, y cuando la vida estaba llegando a su ocaso partir de misionero a Perú donde celebrará su pascua. Misionero siempre, se lo podría definir”, escribió el pontífice en la introducción de “Siempre misionero”.
En sus 140 páginas, el libro recrea la presencia de Melani como director de la misión salesiana en Junín de los Andes en 1989, donde “aprendió a conocer las comunidades indígenas del campo” y su llegada a Neuquén después de que en diciembre de 2001 el papa Juan Pablo II lo nombrara obispo de esa jurisdicción eclesiástica.
“En Neuquén fue muy respetuoso del camino que la Iglesia local había venido haciendo desde Jaime De Nevares. Acompañó todo lo que encontró funcionando y creó también otras iniciativas en favor de los más pobres y marginales”, afirmó el autor de la biografía.
El obispo de Viedma contó que "en 2006 llegaron desde Roma algunas denuncias contra sacerdotes de la diócesis de Neuquén, entre ellos Marcelo Melani, en algunos casos por su compromiso social y supuestas actitudes contestatarias y, en otros, por incoherencia o excesos litúrgicos. Un tiempo después, Melani decide renunciar al obispado proponiendo que se nombrara un obispo coadjutor (monseñor Bressanelli) para que conociera la realidad de la diócesis y posteriormente fuera su sucesor. El 8 de noviembre de 2011, cinco años después de que llegaran esas críticas, el papa acepta la renuncia de Melani".
“Durante todo ese período, cargó esta cruz con la mejor disposición para cumplir la voluntad de Dios, aún en medio del dolor y de las injustas acusaciones recibidas, más alla de las imprudencias de algunos sacerdotes”, expresó Laxague, quien señaló que después de su renuncia, Melani “pensó que podía renovar su compromiso misionero”.
En un encuentro de obispos salesianos en Turín, Melani conoció a un obispo de Angola. “Volvió a despertarse en él la inquietud misionera hacia esas tierras. Y en una carta le dijo: ‘Tengo muchas ganas de trabajar en bien de los hermanos, en particular de los más pobres”. Finalmente Melani no viajó a Angola.
En el libro se incluye el testimonio de monseñor Virginio Domingo Bressanelli SCJ, quien lo sucedió al frente de la diócesis de Neuquén. “Creo que muy pocos conocían la realidad de Neuquén como Melani”, afirmó, y aseguró que “cada día leía los diarios, escuchaba las noticias principales del día, hablaba con quienes podían aportarle algo nuevo o más profundo. Sabía relacionar los hechos con su historia subyacente”.
También monseñor Bressanelli ofrece un perfil de ese “hombre pobre y desinteresado” que nunca quiso regalos, y “no hacía nada que pudiera significar que necesitaba o deseaba algo”. Confiesa que con Margarita Oviedo, empleada en el obispado de Neuquén, tuvieron que recurrir a una estrategia particular para proveerlo de un pantalón ya que tenía solo dos que usaba alternadamente.
“Su pobreza lo hizo cercano a los más pobres. Optó por ellos y cultivó un espíritu evangélico y pobre”, describió monseñor Bressanelli, detallando que el lema episcopal de Melani fue “No para ser servido, sino para servir”. “Esa fue su actitud constante, su espiritualidad”, subrayó.+