Patronales de Rafaela: Mons. Fernández llamó a comprometernos con la historia
- 26 de octubre, 2020
- Rafaela (Santa Fe) (AICA)
El obispo de Rafaela, monseñor Luis Fernández, presidió el sábado 24 de octubre la misa en el marco de las fiestas patronales de la ciudad y la dedicación de la catedral.
En un nuevo aniversario de la dedicación de la catedral Arcángel San Rafael, y de la fundación de la ciudad cabecera, el obispo de Rafaela, monseñor Luis Fernández, presidió la misa del 24 de octubre.
Luego de dar la bienvenida al reducido número de fieles que pudo asistir a la celebración debido a los protocolos sanitarios, como también al numeroso pueblo de Dios que participó virtualmente de este día de fiesta, el prelado se refirió a la liturgia del día.
“Hemos escuchado en la primera lectura en el Libro de Tobías, como este joven, hijo de Tobit que estaba ciego, andaba buscando un buen guía que conociera el camino e ir con él, para poder salir hacia donde su padre le enviaba a buscar solución al momento difícil que atravesaba la familia”, destacó.
“Y le salió al encuentro el ángel Rafael, que se puso al servicio de acompañar, con el perfil de un ángel de Dios, es decir: estar de pie cuando los tiempos son duros y complejos, sin hacerse notar ni querer figurar, dispuesto al diálogo que busca cercanía y preocupación por el otro, conociendo no sólo caminos, sino también compadeciéndose del dolor de los demás, haciendo fáciles las complejidades que a veces traen los tiempos nebulosos y angustiantes como era la ceguera del padre de Tobías”.
“San Rafael disponible sin vueltas o tantos trámites que retardan la justicia y la paz que se necesitan, el ángel Rafael, con transparencia, generosidad y entrega, enseguida se ganó que lo llamaran ‘amigo’, donde no principiaba el contrato, lo que iba a ganar o el puesto que iba a ocupar, sino la sencilla disponibilidad a realizar la misión que Dios le había encomendado, sirviendo a la sociedad”.
“El Ángel Rafael, lleva serenidad, actúa con respeto, libra de temores y angustias, sana a la humanidad y abre caminos nuevos, donde el futuro puede hacerse entre todos, alejando no sólo las tinieblas de la muerte y el sinsentido de la existencia, cuando se bajan los brazos y parece que todo está perdido, sino que es capaz el ángel de ‘ponerse al hombro’ con pasión el dolor de la humanidad y marcar rumbos donde todos puedan sentirse más hermanos, más queridos y amados, con ganas nuevas de vivir y dar la vida por los que más sufren”, aseguró.
En referencia a la Carta a los Hebreos, el prelado expresó: “Nos puso ante la realidad que nos toca vivir hoy aquí en Rafaela y en el mundo entero”, y citó: “Ustedes no se han acercado a algo tangible: fuego ardiente, oscuridad, tinieblas, tempestad, sonido de trompeta y un estruendo tal de palabras, que aquellos que lo escuchaban no quisieron que se les siguiera hablando, porque no podían soportar esta prescripción. Ustedes en cambio se han acercado a la ciudad del Dios viviente”.
Tras la comparación, el obispo pidió al Arcángel San Rafael, en estas fiestas patronales de la ciudad de Rafaela, “en primer lugar por los que fallecieron por el Coronavirus, por el dolor de sus familias y de toda una ciudad, por todos los que están sirviendo en el hospital Jaime Ferré y en distintos centros sanitarios, que en el extremo del agotamiento sirven con dedicación profesional, que su ejemplo estimule a sentirnos a la altura de las circunstancias con responsabilidad y sintiéndonos todos y todas ‘dentro de la misma barca’, para que con renovados ánimos afrontemos situaciones extremas con paciencia, ingenio y esperanza, aceptando con docilidad las aperturas sociales para el trabajo, algo esencial para vivir, así como la posibilidad de los derechos humanos del cuidado de toda vida y de los vínculos afectivos, reconociendo con vergüenza y falta de madurez las fiestas clandestinas, compadecernos y ser ejemplos heroicos, frente a la pérdida de seres queridos en las familias, o cuando padecemos el humillante aumento en la cantidad de hogares cada vez más pobres, en un año escolar que dejó al margen a una gran cantidad de alumnos y puso en evidencia la desigualdad de recursos y medios. San Rafael nos ayude a cuidar toda vida, y tener el sentido común que tiene el pueblo sencillo”, rezó.
“Que el Arcángel San Rafael nos ayude a encontrar, lo que nos dice el papa Francisco en su reciente encíclica Fratelli Tutti: ‘Abrir el corazón ante un mundo que rompe en pedazos los sueños y se encierra detrás de una mirada egoísta y excluyente’, porque en el fondo no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas si ‘todavía no son útiles’ –como los no nacidos-, o si ‘ya no sirven’- como los ancianos”.
“Roguemos al patrono de Rafaela, nos ayude a no desalentarnos en la búsqueda de la máxima unidad posible, en un cuerpo social herido por los desencuentros, como nos acaba de pedir el Episcopado Argentino”.
“Así se presentó el Arcángel San Rafael, en este mundo, sin que lo «llamaran y sin alas», pero bien comprometido con la historia, sin mirar para otro lado, o lejano a la voluntad y misión que Dios le había encomendado, para servir con perfil bajo a la humanidad, acompañando, mostrando caminos, sirviendo sin hacerse notar junto al pueblo. Y así también se alejó, narra el final del Libro de Tobías, ‘todos bendiciendo al Señor’. Es lo que también nosotros estamos realizando esta noche aquí en la catedral del Arcángel San Rafael”.
Finalmente, monseñor Fernández pidió “que así como Zaqueo, en el Evangelio proclamado buscaba conocer más a Jesús y tuvo que subirse a un árbol por su baja estatura, para poder verlo pasar, que también nosotros podamos elevarnos de la mediocridad y bajezas en que a veces anda la nación argentina, y llevados por la mano tierna y serena del Arcángel San Rafael, entre todos trabajemos unidos por una Patria de hermanos, con trabajo, con techo, tierra y pan, ganados con honestidad y en paz”.+