Viernes 15 de noviembre de 2024

El padre Hamel, luz contra la violencia blasfema en nombre de Dios

  • 26 de enero, 2024
  • París (Francia) (AICA)
Así lo destacó el Papa en un mensaje leído por el nuncio en Francia, durante la entrega del premio dedicado al sacerdote asesinado en 2016.
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"Un sacerdote anciano, bueno, dulce, fraterno y pacífico ante la violencia salvaje y ciega desatada en nombre de Dios”: tal es el retrato que el Papa Francisco trazó del padre Jacques Hamel, en un mensaje dirigido a la 27ª edición de los Encuentros Internacionales de San Francisco de Sales, que comenzaron este miércoles en Lourdes, con el momento de la entrega del premio dedicado al sacerdote asesinado bárbaramente en Ruán en 2016.

La lectura del mensaje estuvo a cargo de monseñor Celestino Migliore, nuncio apostólico en Francia, quien entregó los premios a dos periodistas: la canadiense Sarah-Christine Bourihane y a la italiana Romina Gobbo.

Francisco recordó allí la importancia de difundir "este testimonio irreemplazable", para que sea "un antídoto contra los excesos de violencia, intolerancia, odio y rechazo hacia los demás, de los que desgraciadamente nuestras sociedades son cada vez más un escenario".

El Papa subrayó a continuación la importancia del premio, casi siete años después del violento asesinato del religioso en su iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, el 26 de julio de 2016, a manos de dos fundamentalistas islámicos. En ese sentido, afirmó que un premio que pretende promover la paz y el diálogo interreligioso "es un feliz medio de animar, apoyar y recompensar a quienes trabajan por la construcción de un mundo más fraterno, respetando las creencias de todos". Por este motivo, la profesión periodística está llamada a participar "en la formación y educación de las conciencias, en particular las de las generaciones más jóvenes", añadió el pontífice.

La violencia en nombre de Dios es blasfemia
En estos tiempos, el desafío se vuelve difícil porque a menudo se transmiten informaciones erróneas, "deliberadamente falsas -escribe el Papa-, destinadas a oponerse unas a otras, recibidas con credulidad por personas que han perdido el sentido del discernimiento crítico o que se aprovechan de su estado de debilidad e indigencia". Este es un terreno fértil para fenómenos de radicalización, "en particular -añade-, en algunos grupos religiosos que acaban predicando la violencia en nombre de Dios, lo que es una blasfemia. Por eso, la verdad es una exigencia esencial del trabajo periodístico al servicio del diálogo interreligioso".

El camino a seguir, que nace del respeto a los receptores de las noticias, es el de "anunciar la verdad sobre quiénes somos, sobre lo que creemos, y buscar honestamente qué son los demás y en qué creen, lo cual es la base indispensable para vivir una fraternidad respetando las diferencias". De ahí la petición del Papa Francisco de ser siempre "verdaderos, auténticos en las relaciones humanas como en la investigación intelectual"; profundizar en la fe, ayudar a los lectores en este camino y recurrir al Evangelio, si es necesario, para "purificarse". Sin embargo, es fundamental dar a conocer el pensamiento de los demás, sin caer en estereotipos "y teniendo también la valentía -a menudo necesaria- de denunciar sus errores y desviaciones inaceptables, especialmente cuando atentan contra la dignidad del hombre y la fraternidad".

Cabeza y corazón son las fuerzas a desplegar, ofreciendo "una lectura cristiana de los acontecimientos que no se abandone a la cultura de la agresión", de denigrar al otro, al que hay que mirar con mirada benévola, construyendo relaciones sinceras. El Papa cita a este respecto Fratelli tutti, recordando que la benevolencia misma transfigura "la manera de debatir y comparar ideas, cuando se convierte en cultura en una sociedad".+