Padre Carlos Moia: una vida dedicada a la comunicación
- 29 de octubre, 2024
- Buenos Aires (AICA)
Recordamos hoy la trayectoria de ese sacerdote de la arquidiócesis de Buenos Aires, que organizó la campaña misionera con el Cristo Peregrino, en preparación del Congreso Eucarístico Nacional de 1984.
El presbítero Carlos Moia, sacerdote de Buenos Aires, dedicó su vida entera a la comunicación, a la difusión de la Buena Noticia, y a la pastoral popular. Impulsor de la campaña misionera con el Cristo Peregrino, es el fundador y director de Producciones Luján, un organismo del Arzobispado porteño dedicado a la capacitación y producción radial.
La experiencia previa
El padre Moia desarrolló, previamente, dos experiencias pastorales en
comunicación muy amplias. En primer lugar, la revista "Pan y Trabajo", que
nació desde San Cayetano de Liniers como un boletín del santuario y que ,a
principios de los '70 llegó a tener 55.000 ejemplares y una real difusión en
todo el territorio nacional.
"Durante el seminario, siempre había un algo adentro que me decía del tema de la comunicación y de la radio", comenta el sacerdote. Entre sus roles en "Pan y Trabajo", recuerda: "Tenía que recorrer el interior para hacer reportajes de la revista y publicar cosas de todo el país. Entonces, ahí empezó un par de años -bastantes años- de estar la mitad del tiempo fuera de Buenos Aires. Y ahí recorrimos todo el país, todas las provincias, muchas localidades".
¿Qué hacía ahí? "Primero, conocer la realidad. Descubrimos un mundo nuevo, un mundo de la fe, un mundo también de la pobreza, un mundo de una Argentina totalmente distinta. Y eso a mí me transformó la vida, como también me transformó la vida el santuario", relata.
"El objetivo de la revista era ser reflejo de la gente más sencilla de nuestro pueblo y, desde allí, los valores culturales y religiosos que tenían. La revista se difundía a todo el país y eran otras épocas, era la revista papel, que se mandaba por correo todos los meses. Llegamos a tener 55.000 ejemplares, eso para esa época era una revista muy importante, y llegamos a poder instalarla en los kioscos de capital y provincia de Buenos Aires, estar en la televisión", rememora.
Segundo momento importante:
la campaña del Cristo peregrino
La otra experiencia pastoral fue el armado y desarrollo de la campaña
nacional del Cristo Peregrino, con ocasión del Congreso Eucarístico Nacional de
1984, celebrado en Buenos Aires. Se facilitó a las capillas, iglesias y
parroquias de todo el país la tarea pastoral, mediante unas invitaciones
radiofónicas y televisivas dirigidas a todos, para acercarse a diversos lugares a
recibir la imagen.
La difusión fue enorme y llego a la cifra de un millón de ejemplares, y la vigencia como imagen de "El Cristo Peregrino", entró en el corazón del pueblo argentino y está viva, aun hoy, en la acción de la Iglesia local.
"Esto surgió porque yo recibía mucho material de América Latina, y ahí descubrimos una campaña que se hizo por la ida del Papa a Chile. La Iglesia chilena, en ese momento, era muy fuerte, era muy pastoral, muy de acción, y armaron una campaña popular de Cristo y la hicieron a través de una divulgación bíblica, con celebraciones y una difusión nacional a través de la radio, de la televisión, de los diarios. Y a mí se me ocurrió, tomando como pretexto lo del Congreso Eucarístico, hacer una campaña de evangelización popular y lo presenté. Tuvimos los apoyos de la Iglesia internacional, de los católicos de Alemania, de los Estados Unidos. Y nos largamos como unos seis meses ante; elegimos una imagen, mandamos a hacer como 100.000 estampas, pero había un detalle: no habíamos ido a hablar con el arzobispo, no había elegido él la estampa", describe el padre Moia.
Y señala que "una característica del arzobispo de ese momento era que era muy cabezadura, y a mí se me ocurrió agarrar y elegir otra imagen, no la que íbamos a poner, y él agarró y dijo 'No, no, no, yo quiero la otra', y ahí nos salvamos".
Y entonces empezó un gran trabajo de organización de las diócesis. "Todos estábamos acostumbrados a que la Iglesia diera, llevara cosas a las casas, y aquí invertimos la forma: hicimos que la gente fuera a las iglesias y retirara el material que ellos querían para sus casas".
"Para eso, necesitábamos a los medios, y se hicieron unos spots diciendo: '¿Por qué sigo a Cristo? Porque Yo soy el camino', el lema, con un pequeño musical. Y eso trajo una gran repercusión y por todos lados estaba la imagen del Cristo. Hubo un apoyo de una agencia de publicidad que nos asesoraba, que era De Luca, y que ayudó a que estuviera presente en el subte, en la calle, por radio, por televisión y en los diarios. Llegamos a tener un millón de imágenes, que se repartieron por todo el país, pero lo más importante es que quedó la imagen, aún hoy todavía se ve la imagen del Cristo", concluye.
Los primeros años del Centro de Comunicación Nuestra Señora de Luján
Convocando a un pequeño grupo de amigos y conocidos, el padre Moia les
propuso fundar el Centro de Comunicación Nuestra Señora de Luján. La idea era
tener una organización que se dedicara a elaborar programas de radio, que
serían enviados gratuitamente a las estaciones de cualquier lugar del mundo que
lo solicitaran. ¿El formato elegido? El radioteatro. Si Jesús enseñó con
narraciones y parábolas, si el Evangelio como gran parte de la Escritura es un
sinfín de historias y cuentos, era coherente que, en la vida concreta del
pueblo, en sus cuentos, en sus comunidades, en su historia, encontrarían el
marco para la palabra oportuna, la enseñanza liberadora, la expresión de
compañía y de consuelo.
Así es como el Centro de Comunicación Nuestra Señora de Luján comienza sus actividades en 1986, ininterrumpidas hasta hoy. El primer equipo, entre otros, estuvo integrado por el padre Carlos Moia, Eduardo Grandin, Esteban Felgueras, Ana María Mendizábal, Ernesto Narcisi y Horacio Varela.
"Como consecuencia del Cristo peregrino, nos quedaron los contactos, y a mí me atraía la idea de que había que hacer un 'Pan y trabajo' por radio, o sea, avanzar en algo más popular todavía. Y ahí yo creo que es san Cayetano, ¿no? porque creo que todo esto ha sido fruto de la Providencia", destaca Moia.
Y prosigue: "Entonces, le digo al encargado de radiodifusión de la casa de Gobierno: 'Estamos en este proyecto de hacer radioteatros y no tengo nada, ¿qué podemos usar?', me dice: 'Bueno, por qué no van a Radio Nacional y usan el equipo de Las dos carátulas?', y ahí comenzamos con dos ciclos".
En esa primera etapa, se realizaron dos programas: "Rezando Juntos", centrado en la Palabra de Dios y que era a la vez la compañía de las comunidades que no podían acceder a una misa dominical, y "Esperanza Nuestra", que ayudaba a mirar con visión de futuro la realidad de cada día.
"Empezó de a poquito, en la casa de Felgueras, con las cajas con los cassettes, que se enviaban por correo; la gente los devolvía y se volvían a grabar cuatro o cinco veces; era una cosa artesanal de locos, se grababa en forma analógica, no había nada electrónico. Después vino otra revolución, que fueron los CD. Empezamos a grabar los CD y se repartían, pero no se devolvían. Esa era la ventaja", recuerda.
Buscando caminos
Esos dos programas iniciales se fueron multiplicando y, según relata el
padre Moia, "entramos como en una fiebre de producir material, hacíamos 100
micros por mes, era un esfuerzo de locos: corregir, editar, musicalizar,
grabar, todo".
Cubrir una programación ambiciosa no era fácil, especialmente en lo referido a las temáticas. Con el tiempo, se animaron a realizar radioteatros seriados, que tomaban historias de distintas regiones del país, tales como "Historias de agua y pampa", "Seis corazones junto al Paraná" o "El camino de Juan Sapito". Con desarrollo dramático, algunos romances, amigos de viaje, algún enemigo, y todas aquellas cosas que tiene la vida de la gente, se va compartiendo la esperanza del pueblo, que siempre es religiosa, humana y solidaria.
Cuando el medio radiofónico exigió mayor velocidad, surgieron programas más cortos, como el ciclo "¿Te acompaño?", destinado a los adolescentes y su entorno. Otro programa fue "Cuentos de maestros", que reflejaba la sabiduría popular que se forja en las comunidades educativas>
Ante una nueva etapa
Aprovechando todo lo que pueda tener de útil, el Centro de Comunicación
Nuestra Señora de Luján ha creado su propia página, en la cual tiene un archivo
sonoro de programas grabados y listos para emitir.
Sin tener que pagar nada, cualquier emisora puede acceder a esta página, bajar los programas que desee y emitirlos en los horarios y días que crea conveniente. Es un servicio totalmente gratuito, para las radios o para personas inquietas.
"La tecnología nos permitió lo de la web; actualmente no se mandan más CDs, es todo por la página y tiene una respuesta, y se utilizan las demás redes. Y yo creo que hay un futuro, que es el nuevo lenguaje de la comunicación. Bueno, yo llego hasta acá", asegura Moia.
Pero las novedades no paran aquí. En Producciones Luján siguen armando nuevos servicios y nuevos formatos. Los programas, sin perder su carácter de radioteatro, van a tener contenidos que responden a las necesidades de los tiempos que corren.
Por eso, el padre Moia destaca: "Ahora está el padre Facundo acá con nosotros, como nuevo presidente de la Asociación Pública de la Iglesia. Él es más joven, sabe más, así que hay un futuro para adelante".+