Viernes 15 de noviembre de 2024

Oraron por la paz en Ucrania y en el mundo entero

  • 9 de agosto, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
El eparca ucraniano monseñor Daniel Kozelinski Netto presidió en su catedral una misa de acción de gracias y solidaridad, con la participación de las comunidades ucraniana y polaca en Buenos Aires.
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El obispo de la Eparquía Santa María del Patrocinio en Buenos Aires de los Ucranios, monseñor Daniel Kozelinski Netto, presidió el domingo 31 de julio una misa en su catedral en Ramón L. Falcón 3960 en la que las colectividades católicas ucraniana y polaca volvieron a unirse en acción de gracias y solidaridad y para pedir por la paz en Ucrania y en el mundo.


Concelebraron la misa, en rito bizantino, el obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Edgardo Torrado Mosconi; el párroco de la Catedral ucraniana, presbítero Nazariy Kashchak; el presbítero Krzysztof Domanski, de la iglesia polaca en Buenos Aires, y el presbítero Taras Gavryshko, párroco de La Asunción de la Madre de Dios en Resistencia, Chaco.


Banderas y estandartes
Numerosas familias esperaban el comienzo de la celebración eucarística cuando, a las 11, entraron en el templo con estandartes y banderas representantes de las distintas comunidades participantes y se unieron a las primeras plegarias. 


En la iglesia, con el altar ornado con flores, en el ábside resplandecía la imagen del Espíritu Santo y el mosaico-imagen de la Madre de Dios con el Niño Jesús en brazos. A un costado, con un reclinatorio delante, lucía un cuadro de San Juan Pablo II, el papa polaco, como recordando en su mirada plena de humanidad el drama que a miles de kilómetros padecen los pueblos afectados por la guerra en una vasta región de Europa.


Con cantos y plegarias
La santa misa se inició con la invitación a unirse en oración. En un clima sereno y solemne, con abundancia de incienso, como es propio del rito bizantino, que elevaba el espíritu de los feligreses.


Durante la ceremonia interpretaron cantos religiosos las hermanas Adriana Barszczuk y Rosana Anheluk, de la orden de San Basilio Magno (basilianas), y el seminarista Ezequiel Detteren, de la Eparquía ucraniana, acompañados por otros fieles.


Unidos por la paz
En la homilía, monseñor Daniel Kozelinski Netto hizo referencia al Sínodo de los obispos greco-católicos ucranianos, que debía haberse celebrado en la capital ucraniana y se realizó en julio pasado en Polonia, en la ciudad de Przemysl, a consecuencia de la lamentable y triste situación de guerra. En un mensaje dirigido al sínodo, el papa Francisco reafirmó su cercanía con el pueblo ucraniano: “Queridos hermanos obispos –les escribió-, me uno espiritualmente a su sufrimiento, asegurándoles mi oración y mi implicación que, dada la situación actual, no sale en los medios de comunicación”. 


Monseñor Kozelinski Netto mencionó los dolorosos y difíciles momentos que vive la gente en Ucrania tras la invasión de Rusia, y pidió a los gobiernos que intercedan por la paz y la libertad en Ucrania.


Señaló además que la Iglesia seguirá con las puertas abiertas porque es justamente el lugar donde se refuerza la esperanza.


Afirmó también que los ucranianos no están en guerra (en el sentido de haberla iniciado), “están defendiendo su patria”. Se dirigió a todos los gobernantes y habló del valor de la libertad. Al finalizar sus palabras el eparca ucranio llamó a pedir a Dios por el don de la paz y construir juntos un mundo mejor, más bueno y solidario.


Santa comunión y bendición
Después de la homilía, en la última parte de la misa, los fieles participaron de la Eucaristía con el uso de cucharas que se usan en las iglesias cristianas orientales para recibir la santa comunión. Y luego de un momento de silencio el eparca dio la bendición.


Finalizada la Santa Misa, el presbítero Nazariy Kashchak saludó a sacerdotes y a las autoridades presentes. Expresó que agradecía de corazón a todos los que colaboraron en la organización conjunta de la misma, para llevar a cabo este fraternal encuentro, al tiempo que agradeció las oraciones para pedir por la paz en Ucrania y en el mundo.


Agradeció también al diácono Alfredo Niesechuk, de la Iglesia Greco Católica Ucrania, y en esta ocasión también al obispo de la Iglesia Cristiana Evangélica Ucraniana, Anatoly Borisowets, que comparte -dijo- la oración por Ucrania y el mundo entero.



Vivir en libertad 
Después, a viva voz, el párroco de la catedral ucraniana hizo un llamamiento firme contra la dictadura y el totalitarismo que viven y sufren los ucranianos por la ocupación rusa de Ucrania: “Con tantos sacrificios y con tanta sangre la estamos pagando. Ustedes, hermanos polacos y lituanos, nos han demostrado que se puede vivir mejor, que se puede vivir en plena libertad y por sobre todo con los valores cristianos”.


A los polacos les dijo: ”Mil gracias, a ustedes, queridos hermanos, por estar todos los días solidariamente junto a nosotros, por una Ucrania, libre, independiente y soberana”.


Y le agradeció su ayuda humanitaria: “Nosotros como pueblo ucraniano en la argentina, tenemos gratitud a los polacos, a la Iglesia polaca, y queremos agradecer en este encuentro y de acción de gracias, por el ejemplo, por el apoyo, que ustedes están brindando a nuestro pueblo, el pueblo ucraniano”.


La ayuda argentina
El presidente de la Representación Central Ucraniana en la República Argentina (RCU), Dr. Pedro Lylyk, también dirigió unas palabras a los presentes, agradeciendo a todos la solidaridad y ayuda recibida también de la Argentina y de argentinos y también hizo referencia a la agresión de Rusia. Afirmó que Ucrania detendrá esta guerra con la ayuda de todos.


“Los ucranianos somos gente pacífica, y queremos vivir en libertad, totalmente en libertad“, afirmó Lylyk, y destacó los lazos de amistad con argentinos y polacos: “Nos une un sentimiento de paz y solidaridad importantísimo”.


Luego, el presidente de la Unión de los Polacos de la República Argentina, Ricardo Konopka, agradeció al pueblo ucraniano por estar defendiendo su territorio, la libertad y la paz, tan importantes para Europa y el mundo.


Mons. Torrado Mosconi en Kiev
Por su parte, monseñor Torrado Mosconi se refirió a algunos testimonios de vida de la martirizada gente de Ucrania. En un conmovedor relato, que emocionó a todos, comentó que habiendo tenido la posibilidad de llevar ayuda a Kiev, vio de cerca la realidad de las personas afectadas, la vulnerabilidad de los ancianos, niños y madres por la situación de guerra, en la que resistían los ucranianos estoicamente.


Dijo que está profundamente agradecido al pueblo ucraniano porque no se encontró con un pueblo abatido, sino que vio un pueblo aguerrido, y no con miedos, un pueblo que es capaz de luchar con los valores cristianos por los valores de la libertad y por la paz, en Ucrania y por la paz de todo el mundo, y con la certeza de saber que el bien es más fuerte que el mal. Concluyó diciendo que debemos confiar en el poder de Dios y la intercesión de la Santísima Virgen María, para que haya paz en Ucrania y en el mundo entero. 



Presencias 
En los primeros bancos, junto al doctor Lylik, estuvieron presentes el presidente del Consejo Superior de la RCU, ingeniero Jorge Iwanyk, y la vicepresidente, doctora María Cristina Zinko.


Estaban también la consejera para asuntos políticos y económicos de la Embajada de Polonia, doctora Agnieszka Rymsza; el presidente de la Unión de los Polacos en la República Argentina, Ricardo Konopka; su vicepresidente, Witold Roman Kopytynski, y otros representantes de la comunidad polaca.


Estaban asimismo José Pulikas, presidente del Centro Lituano de Buenos Aires; Nestor Luksas y Laura Metrikys, de la Comunidad Lituana de la Argentina.


Excombatientes polacos
Asistieron el presidente de la Asociación de Excombatientes Polacos (SPK) de la República Argentina, Antonio Kaluda; hijos de los excombatientes polacos y otros familiares integrantes de la Asociación. Entre ellos, Gustavo Sterczek, un joven escritor argentino-polaco, nieto de un excombatiente del Segundo Cuerpo Polaco en la Segunda Guerra Mundial.


Participaron además la presidenta de la entidad Ognisko Polskie, Krystyna Wardyga, y un grupo de los feligreses de la iglesia polaca en Buenos Aires.


Entre los que participaron en la Santa Misa se encontraba el casi centenario Pedro Andrusiak, quien fue ovacionado en medio de los abrazos y de las aclamaciones de los presentes con muchos aplausos


Estaban también el presidente de la Cámara Argentino Ucrania de Comercio e Industria, licenciado Oleh Jachno; el presidente de la Fundación Taras Shevchenko, ingeniero Argentino Poloz, y su vicepresidente, Miguel Teodoro Kluba; el presidente de la Asociación Ucraniana Renacimiento, Victor Budzinski; la presidenta de la Asociación de Mujeres Ucranias en la Argentina, profesora Cristina Wolowyna Lypynsky; la vicepresidenta de la Organización de Mujeres Renacimiento, Natalia Hucaluk; por la Unión de Mujeres «Prosvita» la señora Juana Budzinski; el ingeniero Eugenio Kozaczuk; la presidenta de la Asociación Juvenil Scouts Ucranios Plast, Adriana Cham Wasylyk; el presidente de la Hermandad Santa Virgen de la Iglesia Ortodoxa Ucrania y otros miembros de la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita e instituciones ucranianas.


Oración final 
Las Hermanas de la Congregación Siervas de María Inmaculada de Lavallol, también participaron con parroquianos de esa localidad bonaerense.


Con una oración final, se invitó a concluir el fraternal encuentro con una foto grupal en señal de amistad. El párroco señaló el carácter histórico y el compromiso de todos para pedir por la paz de Ucrania y del mundo entero.


 “Que el amor de Dios Padre siga haciendo maravillas tanto en el corazón de las personas como en medio de su pueblo”, deseó monseñor Kozelinski Netto.+