ODSA UCA: La Tarjeta Alimentar redujo la inseguridad alimentaria
- 29 de julio, 2021
- Buenos Aires (AICA)
El estudio del Observatorio de la Deuda Social de la UCA sobre el impacto de este beneficio fue presentado en el marco del Seminario Académico Infancia, Alimentación y Políticas Públicas.
La Tarjeta Alimentar redujo considerablemente la inseguridad alimentaria, pero no mejoró la dieta, de aquellos grupos vulnerables que recibieron este plan social de parte del Estado, revela el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA UCA).
El estudio muestra que los destinatarios de este beneficio tuvieron una incidencia de la inseguridad alimentaria del 34,8%, mientras que los de igual condición social pero que no lo recibieron, la cifra fue de 54,2%.
“Es decir que un hogar que tenía la tarjeta tuvo un 19,4% menos de posibilidades de tener inseguridad alimentaria”, explica la ODSA UCA.
El informe revela también que la eficacia que tuvo el Programa Alimentar a la hora de reducir la indigencia y la pobreza: los hogares por debajo de la línea de indigencia en el país son 9,2%, mientras que si se quita el Programa Alimentar (Tarjeta Alimentar más Ayuda Universal por Hijo) esa cifra asciende a 27,5% . En el caso de niños esos porcentajes son 10,6% y 33,3%, respectivamente.
En tanto, los hogares que están por debajo de la línea de la pobreza son 71,6%, mientras que si se quita el beneficio del Programa Alimentar ese número llega a 82,2%. En el caso de los niños, esos porcentajes son 79,8% y 88,9%, en uno y otro caso.
“El Programa Alimentar ejerció en el marco de la crisis sanitaria y socioeconómica Aspo-Covid19 un impacto protector ante la inseguridad alimentaria de los hogares y sus miembros, y especialmente ante la situación más grave que afecta a niñas, niños y adolescentes”, se subraya en el estudio.
El informe especial “Evaluación de impacto del Programa Tarjeta Alimentar. Efectos directos e indirectos en la inseguridad alimentaria, consumos alimentarios y no alimentarios” se presentó hoy en el marco del Seminario Académico Infancia, Alimentación y Políticas Públicas.
La exposición central estuvo a cargo de Santiago Poy, investigador del Conicet y del ODSA UCA y contó con las contribuciones de Marcela Rebon, politóloga, docente e investigadora en Universidad Nacional de Tres de Febrero y directora general de Información Social Estratégica. Ministerio de Desarrollo Social; Sergio Britos, profesor adjunto de la Carrera de Nutrición (UCA) y profesor titular y coordinador de la Carrera de Nutrición, Universidad Nacional de Entre Ríos; y María Eugenia Rausky, socióloga e investigadora del CIMeCS/IdIHCS-CONICET-UNLP.
La moderación del seminario fue responsabilidad de Ianina Tuñón, coordinadora e investigadora responsable del ODSA UCA y del proyecto de investigación PISAC COVID-19 “Efectos del aislamiento social preventivo en el ejercicio del derecho a la salud en las infancias argentinas”.
El seminario se transmitió en directo por el canal de Youtube de UCA.
Detalles del informe
El informe es una evaluación de impacto que permite reconocer con mayor precisión los efectos que tuvo la Tarjeta Alimentar en la inseguridad alimentaria y en el consumo de ciertos grupos de alimentos. Los informes anteriores eran de tipo descriptivos, no se podían estimar los efectos a la luz de un grupo de comparación o control.
En este caso, los análisis se realizan comparando con un grupo de potenciales destinatarios pero que no accedieron a la Tarjeta Alimentar (grupo de comparación de hogares similares y niños/as similares). Son evaluaciones muy poco usuales en el campo de la política pública nacional. Cada política pública debería ser sometida a este tipo de evaluaciones.
Cuando se realiza este análisis comparativo se advierte un impacto de la Tarjeta Alimentar en inseguridad alimentaria severa y total. Esto ocurrió en el marco de un incremento general de la inseguridad alimentaria por lo que este contexto el programa tuvo una función de alivio o reducción del efecto regresivo frente al deterioro general que experimentaron las poblaciones vulnerables. Sin embargo, no se observó una mejora nutricional en la calidad de la dieta, salvo por un mayor consumo de huevos y legumbres. Se reconoce mayor capacidad de consumo de productos de higiene que, en el contexto de la pandemia, fueron más necesarios en los hogares. El componente Tarjeta Alimentar tuvo un efecto positivo en la capacidad de garantizar la alimentación de los hogares y el acceso a productos de limpieza, pero no mejoró la dieta de los hogares.
El programa considera elementos de educación nutricional que probablemente han sido insuficientemente desarrollados y en el contexto de una fuerte recesión de la economía y creciente inflación es probable que el monto de la Tarjeta Alimentar sea insuficiente para alcanzar una canasta alimentaria más equilibrada en términos nutricionales.
El informe completo en la web del ODSA UCA.+