Nuevo monasterio de las Servidoras del Señor y la Virgen de Matará en Granada
- 16 de junio, 2021
- Granada (España) (AICA)
El arzobispo de Granada y la comunidad alhameña celebró la llegada de una nueva congregación al histórico convento de las clarisas de San Diego.
El domingo 13 de junio los fieles de la localidad de Alhama de Granada asistieron a la inauguración del que será el nuevo monasterio de las Servidoras del Señor y la Virgen de Matará.
El arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez presidió la Eucaristía que contó además con la llegada de cuatro nuevas hermanas a la rama contemplativa del Instituto del Verbo Encarnado.
Apenas un día después de la solemnidad del Inmaculado Corazón de María, la comunidad celebró la llegada de la nueva congregación al histórico convento de las clarisas de San Diego y la instauración definitiva de las Servidoras del Señor y la Virgen de Matará en esta casa de oración, rebautizado ahora como monasterio de la Inmaculada y de San Diego.
En su homilía, el arzobispo expresó: “Recuerdo a un autor que decía que la Iglesia es como los grandes bosques donde siempre hay partes que parece que están muriendo y otras que van naciendo, pero el bosque está renaciendo constantemente”, dijo monseñor Javier Martínez, haciendo clara alusión a la convivencia que se dará ahora entre las dos ancianas hermanas clarisas, las religiosas Francisca y Pilar, y las nuevas religiosas de la congregación argentina.
El renuevo de este bosque se produjo el domingo con el ingreso de cuatro nuevas hermanas (Coronación, Agonía, Gaudiosa y Gloria) en el monasterio de la Inmaculada, que se suman a las otras cuatro que llegaron el pasado mes de abril.
El arzobispo recordó su primer encuentro con este joven Instituto durante una de sus visitas a Roma. Allí se habló de su llegada a la diócesis de Granada, que comenzó en Maracena y ahora sigue adelante con esta instauración del monasterio en Alhama.
“Desde aquel encuentro en Roma hasta hoy, toda esa historia la condujo la Virgen de Luján”, afirmó el prelado. “Que la historia sea ahora igual de bella, igual de hermosa, igual de fecunda y produzca frutos de amor al Señor, de reconocimiento del amor que el Señor nos tiene a esta pobre humanidad, a veces tan herida, a veces tan doliente, a veces tan mezquina y otras veces tan grande”.
“Algo que los alhameños saben es que un monasterio es un lugar de gracia, un lugar donde la vida divina se palpa y se toca de alguna manera en el testimonio de unas mujeres que viven para el Señor”, concluyó el arzobispo.
Junto a Isabel la Católica y el Inmaculado Corazón de María
A esta Santa Misa, que marca un nuevo período en la historia de la Iglesia granadina, asistieron un total de trece Servidoras del Verbo Encarnado, entre ellas, la superiora general del Instituto, madre María Corredentora Rodríguez. Fue ella quien explicó un poco la historia de este Instituto, que cumple poco más de tres décadas de vida y cuyo carisma es “trabajar por la evangelización de la cultura anunciando al Verbo Encarnado, Jesucristo”.
Este Instituto religioso nacido en la Argentina se sabe hijo de la fe de los migrantes españoles. “Hemos recibido mucho de España, en la época de inmigrantes. Para nosotras es un deber de gratitud como misioneras, el devolver algo de lo que hemos recibido”, dijo la superiora, que explicó que este monasterio recibió una intención particular de oración como será la de reparar las ofensas que recibe el Inmaculado Corazón de María.
Recordando un poco la historia de esta transmisión de la fe, el arzobispo recordó que fue por Alhama de Granada por donde entró Isabel la Católica en la Reconquista española. Casualidades de la historia, las hermanas Servidoras del Señor y la Virgen de Matará se empadronaron en Alhama el mismo día del nacimiento de la Reina Isabel.
El encuentro concluyó con la bendición de un altar a San José dentro de los jardines del monasterio, como copatrono de las religiosas en el marco de la celebración de este Año Jubilar Josefino.+