Viernes 15 de noviembre de 2024

No a una 'moralidad fría y de escritorio', alertó el Papa

  • 23 de marzo, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco exhortó a teólogos "a estar siempre cerca de la gente, sin señalar con el dedo, caminando junto a ellos en sus desafíos y luchas".
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El papa Francisco advirtió este jueves sobre “una moralidad fría y de escritorio” y pidió “dar razones de nuestra esperanza”, al dirigirse a los participantes en un curso de dos días sobre 'San Alfonso: Pastor de los últimos y doctor de la Iglesia' en la Academia Alfonsiana de Roma.

La Academia Alfonsiana es un Instituto Superior de Teología Moral ubicado en Roma, Italia, fundado en 1949 por los padres redentoristas. Desde 1960, la Academia se especializó en teología moral como parte de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Lateranense. Como tal, la Academia otorga títulos de licenciatura y doctorado en Teología Moral.

El pontífice expresó su alegría de recibirlos al término de su Curso sobre la actualidad de la propuesta moral alfonsiana y en vísperas del 75 aniversario de la fundación del Pontificio Instituto, que celebrarán el 9 de febrero de 2024.

El Concilio Vaticano II, recordó Francisco, afirma que la teología moral, nutrida de la Sagrada Escritura, debe ayudar a los fieles a comprender la grandeza de su vocación de llevar la caridad de Cristo al mundo. “Toda propuesta teológico-moral tiene en última instancia este fundamento: es el amor de Dios que es nuestra guía, la guía de nuestras elecciones personales y de nuestro camino existencial”, explicó el pontífice.

"En consecuencia, los teólogos morales, misioneros y confesores -dijo el Papa- están llamados a entrar en una relación viva con el Pueblo de Dios, asumiendo especialmente el grito de los últimos, a comprender sus dificultades reales, a mirar la existencia desde su ángulo y ofrecerles respuestas que reflejen la luz del amor eterno del Padre" y los exhortó “a estar siempre cerca de la gente, sin señalar con el dedo, caminando junto a ellos en sus desafíos y luchas”.

Fieles a la tradición alfonsiana, señaló el Santo Padre, buscan ofrecer una propuesta de vida cristiana que, "respetando las exigencias de la reflexión teológica, no sea una fría moral de escritorio". La propuesta que buscan ofrecer, dijo el Papa, en cambio, "responde a un discernimiento pastoral cargado de amor misericordioso, dirigido a comprender, perdonar, acompañar y, sobre todo, integrar". 

En consonancia con el trabajo de San Alfonso, el obispo de Roma recordó que su conferencia comenzó reflexionando sobre la conciencia y el dinamismo de su formación, y dijo que este es un tema importante. “En efecto –prosiguió–, en el complejo y vertiginoso cambio de época que estamos viviendo, sólo las personas dotadas de una conciencia madura podrán ejercer, en la sociedad, un sano protagonismo evangélico al servicio de sus hermanos y hermanas".

La conciencia, después de todo, observó el Papa, es el lugar donde cada hombre 'está a solas con Dios, cuya voz resuena en la intimidad'. El Papa les agradeció sus reflexiones sobre bioética y moral social, subrayando más que nunca su actualidad. 

Y añadió Francisco: “La crisis ambiental, la transición ecológica, la guerra, un sistema financiero capaz de condicionar la vida de las personas hasta el punto de crear nuevos esclavos, el desafío de construir la fraternidad entre las personas y entre los pueblos: estos temas deben estimularnos a la investigación y al diálogo”.

En los últimos años -dijo- nos hemos enfrentado a graves problemas morales como la migración y la pedofilia; hoy vemos la urgencia de agregar otros, como la concentración de las ganancias en manos de unos pocos y la división de los poderes globales". Aún frente a estos desafíos, estamos para enfrentarlos "con confianza, dispuestos a 'dar razón de la esperanza que está en nosotros'". 

El Santo Padre concluyó animando a la Academia "a conciliar el rigor científico y la cercanía al Pueblo de Dios, para que dé respuestas concretas a los problemas reales, y para que formule propuestas morales humanas, atentas a la Verdad salvífica y al bien de las personas". "Que el Espíritu Santo os ayude a ser formadores de conciencias, maestros de esa esperanza que abre el corazón y conduce a Dios”.+