Mons. Zurbriggen: 'Que María nos enseñe a ser verdaderos discípulos de su Hijo Jesús'
- 19 de julio, 2023
- Deán Funes (Córdoba) (AICA)
Como ya es tradición, la comunidad de Deán Funes, en la provincia de Córdoba, celebró la tradicional fiesta patronal en honor a la Virgen del Carmen, presidida por el obispo de la prelatura.
Como ya es tradición, la comunidad de Deán Funes, en la provincia de Córdoba, celebró la tradicional novena en honor a la Virgen del Carmen. El tema central de reflexión fue la carta pastoral “Con María seamos una Iglesia fraterna, cercana y evangelizadora’’.
Este año, con la particularidad de la noticia del traslado del obispo, monseñor Gustavo Zurbriggen, hacia su nuevo destino pastoral, el día de la Virgen del Carmen se llenó de un clima de nostalgia y agradecimiento por su pastoreo y el paso de tantos años compartidos.
La venerada imagen salió en andas por las calles de la ciudad, escoltada por ex combatientes de Malvinas, Boinas Celestes, Cadetes de la Escuela Comodoro Salustiano Pérez Estévez y Bomberos Voluntarios.
Culminada la procesión, la comunidad dedicó unas sentidas palabras, manifestando su afecto y acción de gracias al prelado. Por su parte, monseñor Zurbriggen animó a seguir siendo misioneros en nuestros entornos y a llevar la Palabra de Dios adonde vayamos.
En la celebración eucarística, presidida por el administrador diocesano y concelebrada por sacerdotes de la Prelatura, el obispo destacó la importancia de la presencia de María en la vida de todo bautizado: “Jesús nos deja a María como Madre, para que tengamos con ella un vínculo cariñoso, propio de los hijos, y para que esta relación afectuosa, cercana y confiada nos ayude y nos enseñe a ser verdaderos discípulos de su Hijo Jesús.”
Además mencionó la importancia de ponerse bajo la protección de María con el uso del santo escapulario, conferido por la misma Virgen a San Simón Stock: “Significa la protección continua de la Virgen Santísima, no sólo a lo largo del camino de la vida, sino también en el momento del paso hacia la vida eterna”.
También destacó que la devoción a María no puede limitarse sólo a oraciones y homenajes en su honor en algunas circunstancias, sino que debe constituir un hábito, un modo permanente de la vida cristiana, impregnada de oración, con la participación frecuente en los sacramentos y la práctica concreta de las obras de misericordia.+