Mons. Uriona: "Resistir la tentación, buscar la fe y adorar solo al Señor, nuestro Dios"
- 1 de marzo, 2023
- Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
El obispo de Rio Cuarto celebró la Eucaristía del primer domingo del Cuaresma y pidió "resistir" ante las tentaciones, esas que también padeció Jesús desde el comienzo de su misión y hasta la Cruz".
El obispo de Villa de la Concepión del Río Cuarto, monseñor Adolfo Armando Uriona FDP reflexionó a la luz de las lecturas compartidas durante la celebración eucarística del primer domingo de Cuaresma, un tiempo sagrado que “nos prepara de manera intensa para vivir la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo”, manifestó.
Recordando las tentaciones padecidas por Jesús en el desierto, monseñor Uriona explicó que la tentación tiene “dos significados en la palabra de Dios”. Por un lado, “puede ser vista como una prueba que Dios utiliza para probar la fidelidad de una persona a la palabra de Dios, como se puede encontrar en el libro de Job. Por otro lado, la tentación también puede ser vista como una fuerza interna o externa que nos lleva al pecado, una inclinación al mal que tiene el hombre”.
En el caso de Jesucristo, continuó, “las tentaciones que experimentó fueron de una fuerza externa con la finalidad de apartarlo del camino que le había señalado el Padre”, y destacó que Jesús pasó 40 días en el desierto “para entrar en contacto con Dios y sufrir la tentación y la tentación que Jesús sufrió en el comienzo de su misión se dará después a lo largo de toda su vida y hasta el final, hasta en la cruz. Diferentes formas como el demonio o las personas buscarán apartar a Jesús del camino de la cruz”.
El prealdo explicó cada una de esas tentaciones: “En primer lugar, el pueblo de Dios en el desierto tuvo hambre y despotricó contra Dios y contra Moisés, y por eso después les mandó Dios el maná. En cambio, Jesús dijo: ‘No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’. En segundo lugar, el pueblo sufrió sed en el desierto y exigió a Moisés que hiciera un milagro. Jesús se enfrentó a lo milagroso y dijo: ‘No tentarás al Señor tu Dios’. Finalmente, el pueblo de Israel se postró ante otros dioses, mientras que Jesús dijo: ‘Adorarás al Señor tu Dios y le servirás solo a él’".
En el final de la homilía, el monseñor Uriona señaló que “debemos resistir la tentación, buscar la fe en lugar de la evidencia de los milagros y adorar solo al Señor nuestro Dios”.+