Mons. Torrado Mosconi instó a agradecer y cuidar el don de la vida
- 2 de septiembre, 2024
- Nueve de Julio (Buenos Aires) (AICA)
En la memoria litúrgica de san Ramón Nonato, el obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio realizó la bendición de embarazadas durante la misa dominical, en la catedral Santo Domingo de Guzmán.
"La vida humana gestándose en el vientre de la madre es
siempre un don que debemos cuidar con ternura y esperanza", afirmó monseñor Ariel Torrado Mosconi, durante la bendición a las mujeres embarazadas en el día de san Ramón Nonato, cuya gestación y parto estuvo rodeado tanto de riesgos como de milagros, y por lo cual se lo tiene como especial intercesor para el período de gestación de una vida humana.
Al final de la misa vespertina del sábado 31 de agosto, el
obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio bendijo a las mujeres encinta que se
hicieron presentes, como cada año, para pedir la intercesión del santo en el
día de su memoria litúrgica.
En la homilía, comentando las lecturas bíblicas correspondientes
al domingo XXII del tiempo ordinario, el prelado instó a
preocuparse por cultivar y cuidar la vida interior, fuente y sustento de toda
la existencia: "Estamos muy pendientes de las pantallas, del cómo nos ven los
demás, volcados al exterior, y llegamos, incluso, a transformar la vida en una
gran actuación, en una especie de teatralidad".
Por eso, planteó que "mirar, cuidar, cultivar, nuestra
interioridad -esa es la auténtica espiritualidad- nos ayudará a tener una genuina
y auténtica calidad de vida, una existencia sin incoherencias ni doblez". "Ese
es el testimonio que los demás esperan del cristiano", sostuvo.
Hacia el final de la celebración eucarística, invitó a las
embarazadas a acercarse al pie del altar para recibir la bendición. Allí,
recordó que toda vida humana gestándose es una maravilla y un milagro siempre
renovado que sorprende, por lo que llamó a agradecerlo y cuidarlo: "Ternura y
esperanza son las dos actitudes con las cuales acompañamos en la fe la vida
humana creciente en el seno de estas madres".
El pastor diocesano realizó la bendición y luego hizo una
invocación sobre cada una de las madres y el signo de la cruz. La celebración
culminó con una oración a la Santísima Virgen María, encomendando la vida de cada madre, de cada niño en gestación y de la familia entera.+