Mons. Rossi alertó sobre el riesgo de una vida eucarística que se vuelva revoque
- 13 de junio, 2023
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba aseguró que ésta deja de ser una práctica cristiana, por más piadosa y frecuente que sea, cuando "está desconectada de los prójimos, especialmente de los más necesitados".
La solemnidad de Corpus Christi fue celebrada por zonas pastorales en la arquidiócesis de Córdoba, por lo que monseñor Ángel Rossi SJ participó durante la mañana del sábado de la misa de la zona Pastoral 1 (centro de la capital cordobesa), más precisamente en la iglesia Virgen del Carmen, mientras que por la tarde presidió la festividad en la zona Pastoral 7 (noroeste de la ciudad).
El arzobispo cordobés destacó que “la Eucaristía debe ser también una escuela de amor al prójimo”, al señalar que “esa misma fe que reconoce a Jesús en el sacramento del amor, debe descubrirlo también contemplarlo y servirlo en los más necesitados, especialmente los más pobres, con quienes ha querido identificarse con una ternura especial a quienes llama ‘mis hermanos más pequeños’”.
“De modo que al comer su Cuerpo y beber su Sangre se abren los ojos de nuestra fe para descubrir las otras formas de su presencia, particularmente en el hermano injustamente postergado y necesitado”, aseguró.
“Se dice que la presencia de Cristo en los pobres es la presencia más parecida a la sacramental; algunos dicen que es una presencia ‘cuasi sacramental’. La presencia de Cristo en la Eucaristía y la presencia de Cristo entre los más pobres, son las dos formas más fuertes de la presencia del Señor entre nosotros”, subrayó.
Monseñor Rossi sostuvo que “cuando nuestra vida eucarística, por piadosa que parezca y por frecuente que sea, está desconectado de los prójimos, especialmente de los más necesitados, deja de ser una práctica cristiana y se vuelve revoque, póliza de seguro, tranquilizador de conciencia falsa y además antitestimonio”.
Tras citar a San Juan Crisóstomo que ha expresado esta vinculación íntima que existe entre el Jesús presente en el altar y Jesús presente en el pobre, consideró que “hoy es una ocasión hermosa para replantearnos nuestras eucaristías, tantas veces tan rutinarias, tan frías; a veces tan por obligación, tan entre bostezos, incluso a veces tan fácilmente negociadas por una horita más de sueño o algún partido de fútbol o de tenis”.
“Que Dios nos acreciente el hambre de Eucaristía y de servicio a los más necesitados”, añadió.
Por último, el arzobispo de Córdoba invitó a ponerse bajo esa mirada tierna de madre de la Virgen del Carmen, para que “nos ayude a tener un corazón eucarístico, agradecido; un corazón que lo reconoce y lo adora en la presencia de la hostia, y que lo sabe reconocer y lo sirve en los más pobres”.+