Jueves 14 de noviembre de 2024

Mons. Ojea: Vivir la fraternidad poniendo en práctica las bienaventuranzas

  • 1 de noviembre, 2020
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
En su mensaje para la solemnidad de Todos los Santos, el obispo de San Isidro destacó que las bienaventuranzas del Reino son el "carnet de identidad del cristiano" y llamó a la fraternidad.
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El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, recordó que los santos “son amigos de Dios e interceden por nosotros, pero también son felices, según lo indica el Evangelio de la solemnidad de Todos los Santos".

“Este Evangelio es el de las bienaventuranzas, ellas son el carnet de identidad del cristiano”, indicó, y explicó que la estructura de cada bienaventuranza es, primero, la palabra feliz. "Dios quiere que seamos felices. Luego la condición para ser feliz y después la promesa de la felicidad”, indicó, y ejemplificó: “Bienaventurados los pobres de espíritu porque a ellos les pertenece el Reino de los cielos”.

"La motivación de la felicidad es el Reino de los cielos que trae Jesús, pero muchas veces es dura la condición para alcanzarla y así en la enumeración de las bienaventuranzas, vemos que es dura la pobreza de espíritu, que es duro ser perseguido por practicar la justicia; que muchas veces cuesta la paciencia; que cuesta ser sufrido, que cuesta la misericordia, todas las condiciones para la felicidad que trae Jesús, cuestan", agregó.

El obispo sanisidrense sostuvo que "las bienaventuranzas son caminos del Señor en los que va actuando la felicidad a través de nuestros límites”.

Refiriéndose a la encíclica Fratelli tutti, monseñor Ojea destacó que en ese documento el papa Francisco "tiene muy presente a San Francisco de Asís cuando habla de la fraternidad, es el hermano universal, pero fue el hermano universal porque fue pobre, y desde la libertad que le daba la pobreza se sintió hermano de la creación; hermano de las cosas, hermano de los hermanos”.

“Desde la pobreza pudo San Francisco de Asís construir, vivir esa fraternidad”, agregó citando al pontífice.

Monseñor Ojea explicó también que “la bienaventuranza de la pobreza de espíritu, que es la primera de todas, confrontada por las cosas, significa: capacidad para usar lo esencial; capacidad para compartir; capacidad para ser humilde, capacidad para disfrutar mejor las cosas pequeñas de la vida”. 

"Que el Señor nos considera celebrando el hecho de haber tenido hace poquito esta encíclica maravillosa del Santo Padre, poder aprender a vivir la fraternidad poniendo en práctica las bienaventuranzas del Reino”, concluyó.+