Mons. Ñáñez animó a "abrir el corazón y dejar que el Espíritu lo llene"
- 1 de junio, 2020
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba presidió la misa del domingo de Pentecostés
El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, presidió el domingo 31 de mayo la misa del domingo de Pentecostés, en el oratorio de las Hermanas Carmelitas Argentinas Santa Teresa de Jesús.
“Celebrando la fiesta de Pentecostés llegamos a la culminación del misterio pascual. El Espíritu Santo es enviado y llega, por así decir, a toda la Iglesia, representada por la Virgen Santísima, los apóstoles y los discípulos de Jesús”, señaló.
“Jesús resucitado se manifiesta a sus discípulos, hay una evidente novedad. El recinto está cerrado pero eso no impide que Jesús esté en medio de los suyos y les esté comunicando el don de la paz”, relató.
“Si bien es cierto que hay algo nuevo, también hay continuidad, porque Jesús se da a conocer por sus manos y por su costado. No identificamos normalmente a una persona por sus manos o por eventuales heridas: lo identificamos por el rostro. El Señor quiere decir que el mismo que estuvo sobre la cruz es el que está en medio de ellos. Y esta presencia de Jesús en medio de sus discípulos, y la paz que reiteradamente les comunica, los llena de alegría”, continuó.
“Enseguida el señor los envía: Ellos deberán continuar la obra de Jesús, como el Padre envió a su Hijo, así el Hijo resucitado envía a sus apóstoles, con la fuerza del Espíritu Santo. Jesús sopla sobre los discípulos”, destacó. “Por la fuerza del Espíritu, nosotros podemos decir: ‘Jesús es el Señor’, ‘Jesús es mi Señor’”, añadió.
“En los días que han precedido a esta fiesta, hemos venido preparándonos para este acontecimiento. Hemos celebrado la novena de preparación. Hoy se trata de abrir el corazón y dejar que el Espíritu lo llene, y que nos impulse, atentos al envío de Jesús, a ser sus testigos en lo cotidiano, en nuestra vida, haciendo lo que tenemos que hacer, pero viviéndolo de tal manera que suscite una pregunta: ¿Por qué estas personas viven así? Y que haya entonces una palabra oportuna, inspirada también por el Espíritu, que explique por qué se vive así. Porque creemos en Jesús, porque lo seguimos al Señor”, animó.+