Mons. Montini llamó a hacer realidad el sueño de Jesús
- 11 de septiembre, 2020
- Ituzaingó (Corrientes) (AICA)
El obispo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini, presidió la misa del domingo en la Ermita de Schoenstatt, en la ciudad correntina de Ituzaingó.
El obispo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Alejandro Montini, presidió la misa del domingo en acción de gracias por los 25 años de la Ermita de Schoenstatt, en la ciudad correntina de Ituzaingó.
En su homilía, el prelado se refirió al contexto social y comunitario “marcado por la confrontación y por la violencia”, y lamentó que esto se haya instaurado “como mecanismo de poder”.
“No solamente la confrontación, advirtió, sino también el tratar de desprestigiar al que piensa de un modo diverso a lo que pienso yo, incluso en oportunidades haciendo referencia a cosas privadas, cosas personales. Lamentablemente se va instaurando en la sociedad contemporánea un modo de relación, un modo de vinculación marcado por la violencia”.
En este contexto en el que nos encontramos en este siglo XXI, marcado este año por la realidad de la pandemia del coronavirus, Jesús nos habla en su palabra y nos indica cómo reflexionar en torno a lo que es o debería ser la comunidad cristiana, la Iglesia”.
“Podríamos formularlo de esta manera: Cómo Jesús sueña que debería ser la comunidad cristiana; cómo Jesús sueña que debería ser la Iglesia en sus diversas manifestaciones: la familia, la capilla, el centro misional, el centro pastoral, la parroquia, la diócesis”.
Lo primero que sueña Jesús, destacó monseñor Montini, es “que el hermano se convierta en centinela del hermano, que el hermano se haga cargo de su hermano”, y añadió: “La deuda entre un hermano y otro tiene que ser la deuda del amor”.
Por otra parte, señaló que Jesús sueña que la comunidad cristiana “sea una comunidad marcada por la paz, y es a partir de este sueño de Jesús respecto de lo que debería ser la comunidad cristiana de la Iglesia, donde nos exige de cada uno de quienes integramos la Iglesia una inmensa responsabilidad”.
En ese sentido destacó la importancia de entender que “las conductas personales tienen una consecuencia comunitaria”. Por eso, consideró, “el foco de atención en el que podemos detenernos en torno a la liturgia de este domingo es a tomar conciencia de la responsabilidad que yo tengo en la comunidad cristiana, para que el sueño de Jesús se haga realidad”.+