Mons. Martínez: Un examen de conciencia para corregir y consolidar
- 27 de marzo, 2019
- Posadas (Misiones) (AICA)
El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, invitó a aprovechar este tiempo de Cuaresma para realizar un buen examen de conciencia. "Así podremos agradecer a Dios por lo bueno y pedir su gracia para corregir aquello que nos aparta de Él", precisó, y agregó: "Siempre es bueno evaluarnos en lo que venimos realizando en la acción evangelizadora, tanto en lo personal, como en nuestras familias y comunidades. El tiempo de cuaresma nos ayuda a esto".
Tras referirse a la necesidad de renovar el compromiso que implica "el saberse llamados desde el bautismo a evangelizar y la alegría que esto conlleva" y mirar "los particulares desafíos que se presentan en esta tarea", el prelado invitó a aprovechar este tiempo de Cuaresma para realizar un buen examen de conciencia.
"Así podremos agradecer a Dios por lo bueno y pedir su gracia para corregir lo que nos aparta de Él", precisó en su columna semanal.
"Siempre es bueno evaluarnos en lo que venimos realizando en la acción evangelizadora, tanto en lo personal, como en nuestras familias y comunidades. El tiempo de cuaresma nos ayuda a esto", agregó.
El obispo subrayó que en esta evaluación cuaresmal será importante "revisar si, en todo lo que hacemos, Jesucristo el Señor y su Evangelio ocupan el centro de nuestra vida", al advertir: "a veces nuestros criterios, tradiciones sólo humanas y opciones pastorales absolutizadas van quitándolo a Jesucristo el Señor del centro de nuestra vida y de nuestro anuncio evangelizador".
"En esta reflexión quiero agradecer a tantos que como Pueblo de Dios en la diócesis ponen su corazón en la alegría de evangelizar. Tanto a los sacerdotes y diáconos, como a los religiosos y miles de laicos que cumplen el mandato del Señor de anunciar la Buena Noticia con humildad", valoró.
"Este tiempo cuaresmal nos ayudará a revisarnos desde el amor que Dios nos tiene con la certeza de que, si volvemos a Él, nos recibirá con un abrazo de Padre como al hijo pródigo. Esta experiencia es pascual, es la que nos impulsa a ser puentes del amor de Dios y a salir de nosotros mismos e ir hacia todos, especialmente hacia los más necesitados como testigos de la Pascua y de la esperanza", concluyó.+