Jueves 26 de diciembre de 2024

Mons. Martínez señaló la necesidad de ligar la oración a la vocación y misión

  • 27 de julio, 2022
  • Posadas (Misiones) (AICA)
El obispo de Posadas destacó que el hombre o la mujer que oran, "no solo alimentan su vida espiritual, sino que, sobre todo, se humanizan".
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El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, recordó que “todos los bautizados estamos llamados a ser hombres y mujeres de oración”, pero subrayó que “cada uno tiene que ligar la espiritualidad, devoción y oración a la vocación y misión que tiene”.

“La verdadera oración no complica, sino que nos permite hacer bien las ocupaciones propias de nuestra vocación y misión”, destacó en su reflexión semanal.

“Esto puede ayudarnos a reflexionar sobre la necesidad de oración que tienen los laicos que, por su propia vocación, están ligados a tantas situaciones que muchas veces parecen contraponerse a las cosas de Dios”, agregó.

El prelado posadeño advirtió que “es erróneo pensar que la espiritualidad y la oración están ligadas solamente a los momentos en que estamos en el templo. Si creemos esto, corremos el riesgo de estar generando una ruptura entre la fe y la vida cotidiana”.

“Quizás tengamos que aprender a orar las situaciones -como lo hace tanta gente con sencillez y espontaneidad- con una jaculatoria, o bien tocando una imagen, invocando a nuestro Padre Dios, como en el Padrenuestro, o bien elevando una petición, como los pobres que piden, porque se saben necesitados”, indicó.

Monseñor Martínez sostuvo que “es necesario que los laicos tengan algún rato de oración personal o de adoración eucarística, retiro espiritual o participación en los momentos comunitarios y litúrgicos, pero es también indispensable que oren desde las situaciones que les toca vivir a diario, que sean de algún modo, ‘contemplativos en la acción’”.

“Siempre nos encontramos con alegrías, tristezas, desengaños, sufrimientos propios y ajenos. Todo esto podemos elevarlo a Dios como agradecimiento, alabanza o petición”, puntualizó, y señaló: “Por eso en el Evangelio de este domingo, el Señor nos propone la parábola del ‘amigo insistente’, en el contexto del tema de la oración. Nos promete que a quien pide con insistencia ‘le dará todo lo necesario’”, afirmó.

“Es cierto que no es fácil reflexionar sobre la oración en un tiempo en que se olvida a Dios. Quizás por eso mismo tenemos que recordar que el hombre o la mujer que oran, no solo alimentan su vida espiritual, sino que, sobre todo, se humanizan”, concluyó.+

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