Mons. Martínez pide plantearse con seriedad la convivencia eclesial y social
- 15 de junio, 2022
- Posadas (Misiones) (AICA)
"La confesión en el Dios Uno y Trino no es accidental a la fe y tiene consecuencias concretas en nuestra espiritualidad, en la manera de vivir y de concebir el mundo", recordó el obispo de Posadas.
“La confesión en el Dios Uno y Trino no es accidental a la fe y tiene consecuencias concretas en nuestra espiritualidad, en la manera de vivir y de concebir el mundo”, recordó el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez.
Monseñor Martínez, se refirió a la celebración de la Santísima Trinidad y consideró que es importante comprender la significación que tiene para la vida esta verdad que confiesan los cristianos.
“Nuestra época va relativizando todo, y a veces, hasta lo revelado por Jesucristo. Algunos dirán que reflexionar sobre esto de la Trinidad no tiene ninguna importancia ni implicancia en la realidad. Y, sin embargo, la confesión en el Dios Uno y Trino no es accidental a la fe y tiene consecuencias bien concretas en nuestra espiritualidad, en la manera de vivir y de concebir el mundo”, sostuvo en su reflexión semanal.
“Nos ilumina en nuestros días donde las grietas y divisiones hacen tanto daño a nuestra Patria. En la vida de la comunidad eclesial necesitamos profundizar sobre la dimensión comunitaria y social de la fe. El diálogo y la comunión en la diversidad es un instrumento fundamental de la convivencia humana, social y política”, puntualizó.
El prelado posadeño apeló a un párrafo de la exhortación Evangelii gaudium, del papa Francisco, para afirmar: “La aceptación del primer anuncio, que invita a dejarse amar por Dios y a amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás”.
“Esta exigencia de la comunión en la diversidad contrasta sin embargo con el escándalo de las divisiones y grietas, odios, estrategias totalmente vaciadas de ideales y valores, y posicionamientos sin ninguna responsabilidad ciudadana”, puntualizó.
Monseñor Martínez consideró necesario denunciar también “la mediocridad, y plantear la necesidad del aporte cristiano y de la gente de recta conciencia que se preocupe por priorizar el bien común por encima del triste escenario del mero posicionamiento de poder que muchas veces se va instalando no solo en ambientes sociales y políticos, sino también en nuestras comunidades eclesiales”.
“Esto será clave para que podamos pensar en una sociedad con esperanza. Desde este domingo en que celebramos la Trinidad, Dios Uno y Trino que es Amor, tenemos que plantearnos con seriedad la convivencia eclesial y social para que el diálogo que nos ayuda a hacer propuestas superadoras de las clásicas coyunturas y el respeto a la dignidad humana sean claves del futuro en nuestra Patria”, concluyó.+