El obispo de Posadas anima a los sacerdotes a 'ser pan para el alimento del otro'
- 8 de agosto, 2024
- Posadas (Misiones) (AICA)
En la fiesta patronal del seminario diocesano Santo Cura de Ars, Mons. Juan Martínez destacó la importancia de la Eucaristía como el núcleo de la vida sacerdotal y de la espiritualidad cristiana.
El seminario diocesano Santo Cura de Ars, de Posadas, celebró su fiesta patronal con el lema "En oración y en comunidad: peregrinos de la esperanza". Numerosos fieles se congregaron para participar en la misa, que tuvo lugar en la parroquia Santa Catalina, presidida por el obispo de Posadas, monseñor Juan Martínez.
En su homilía, el prelado destacó la importancia de la Eucaristía como el núcleo de la vida sacerdotal y de la espiritualidad cristiana. Reflexionó sobre la figura de san Juan María Vianney, resaltando su humildad, dedicación y el impacto transformador de su ministerio en el pequeño pueblo de Ars.
"A pesar de las dificultades, comenzó a realizar su ministerio con intensidad, entendiendo que la oración y el sacrificio iban a ser fecundos", describió y planteó: "Es muy positivo que nuestro seminario lleve el nombre del Santo Cura de Ars, san Juan María Vianney. Es sorprendente que la Iglesia lo haya nombrado patrono de los sacerdotes. Esto refleja cómo Dios actúa a veces de maneras inesperadas".
Monseñor Martínez consideró: "A menudo decimos que Dios obra siempre al revés y que podría haber venido de una manera grandiosa, pero nació en un pesebre. De manera similar, la Iglesia ha elegido a san Juan María Vianney como patrono de los sacerdotes, a pesar de que, según las narraciones, enfrentó grandes desafíos. Le costaba aprender latín y, de hecho, hasta se planteó su expulsión del seminario porque no estaba en suficientes condiciones".
En su reflexión sobre la vida y legado del Santo Cura de Ars, el obispo posadeño destacó que "la vida del santo comenzó con sacrificios. La oración, la predicación, su disposición y cercanía a la gente provocaron muchas conversiones, y el pueblo comenzó a verlo como un hombre de Dios".
El prelado también vinculó la vida del santo con el mensaje del Evangelio, que presenta a Jesús como el pan de vida eterna, y subrayó que la verdadera vocación sacerdotal implica donación y sacrificio. Finalmente, instó a vivir con amor y esperanza, siguiendo el ejemplo del Santo Cura de Ars.
Monseñor Martínez cerró su homilía con un llamado a la comunidad: "Qué bueno es que nosotros podamos unir este caracú eucarístico de la misa, que podamos unirlo a nuestra vocación sacerdotal que implica muchas veces el amor, porque dar la vida no es fácil, implica cruces, implica sacrificios. Pero nuestro mundo necesita esto, el amor. Este amor que se dona y que gasta la vida".
"Solo esta llave, este código del amor que se dona y que da la vida, es el que nos salva. Esto lo entendió, obviamente, nuestro santo tan querido, el Santo Cura de Ars; un hombrecito que no necesitó hacer grandísimas cosas. Amó, amó con intensidad lo que hizo. Y porque amó con intensidad, esto se irradió por todos lados", describió.
"Pidamos por nuestro seminario, decimos el corazón de las diócesis de nuestra provincia, pidamos para que sea un centro que desde el amor irradie esto a todos los cristianos y que todos lo entendamos para que podamos mejorar nuestro mundo y tener entonces, esperanza", concluyó.+