Mons. Martínez celebró sus 30 años episcopales en la fiesta de San José
- 20 de marzo, 2024
- Posadas (Misiones) (AICA)
En el marco de las patronales, el obispo de Posadas invitó a seguir el ejemplo de San José "cultivando la fe, el silencio interior y el valor del trabajo como pilares fundamentales de una vida plena".
La comunidad católica de Posadas se reunió con fervor para honrar a san José, su patrono, en una celebración que incluyó una procesión desde la ermita de la Virgen de Itatí hasta la catedral de San José. Así, cientos de feligreses entonaron cánticos en honor del santo mientras recorrían las calles de la ciudad.
La jornada se coronó con una misa presidida por el obispo de Posadas, monseñor Juan Martínez, en la explanada de la catedral, reafirmando así la devoción del pueblo posadeño por san José.
En la homilía, monseñor Martínez reflexionó sobre la figura de san José y su relevancia en la historia de la Iglesia y de la ciudad de Posadas.
“Nos llena de especial alegría estar reunidos en esta eucaristía para celebrar a San José. Es un momento maravilloso poder honrar a nuestro patrono, quien es reconocido como patrono de la Iglesia Universal. Valoramos enormemente la oportunidad de compartir esta festividad con todos ustedes, gracias a la cercanía que nos brindan los medios de comunicación (como Radio Tupa Mbae, Canal 12, entre otros), permitiendo que tantos puedan unirse a esta celebración”, destacó.
El obispo posadeño puso el acento en la fe profunda de san José y en su obediencia ante la voluntad de Dios, así como su papel fundamental en el misterio de la Encarnación.
“San José es una figura de gran intensidad y fortaleza, a pesar de su escasa presencia en los textos bíblicos y la ausencia de palabras atribuidas directamente a él. Sin embargo, su papel es fundamental, siendo reconocido como patrono de la Iglesia Universal. Dios lo eligió para desempeñar un papel crucial en el misterio de la Encarnación, demostrando así que su amor va más allá de ser simplemente el Creador. Es un Dios que nos ama profundamente y que se hizo Hombre para estar entre nosotros”, expresó.
Monseñor Martínez también hizo referencia al silencio fecundo de San José, como segundo elemento que es fundamental para una vida plena y en sintonía con la voluntad divina.
“El silencio fecundo de San José es un aspecto que nos impacta, especialmente en la sociedad actual, caracterizada por su naturaleza extrovertida. En un mundo donde la cultura imperante nos empuja constantemente hacia el exterior, el valor del silencio se vuelve difícil de apreciar. Sin embargo, es crucial reconocer su importancia. El silencio nos proporciona espacios de interioridad necesarios para reflexionar sobre nuestras vidas, discernir nuestras respuestas y encontrar la verdadera fecundidad. Es en el silencio donde podemos cultivar una vida interior y espiritual, permitiéndonos conectar con nosotros mismos y con lo trascendental”, profundizó.
Como tercer elemento, el prelado abordó el tema del trabajo, destacando la vida laboral de José como carpintero. En su intervención, hizo hincapié en la importancia del trabajo como una fuente de dignidad humana y realización personal. Recordó que el 1° de mayo se celebra a San José como el patrono de los trabajadores, y pidió su intercesión en esta ocasión para aquellos que enfrentan dificultades laborales.
“El trabajo, siendo una actividad que surge de la libertad, la inteligencia y la voluntad humanas, tiene el poder de plenificar a hombres y mujeres”, sostuvo, y reconoció la lamentable realidad de la precariedad laboral, que afecta a muchas personas en el mundo actual. En ese sentido, instó a pedir por aquellos que carecen de empleo digno y por aquellos cuyas condiciones laborales son precarias.
Además, monseñor Martínez reflexionó sobre la importancia de no olvidar el valor del trabajo en relación con la dignidad humana, junto con la fe y el silencio. En ese sentido, expresó el deseo de que las grandes economías consideren este aspecto esencial para la realización de las personas e hizo un llamado a reconocer y valorar el trabajo como un componente fundamental para la dignidad humana, solicitando la intercesión de san José para que este derecho básico sea respetado y promovido.
Para finalizar, el obispo diocesano compartió una reflexión personal sobre sus 30 años como obispo, expresando su gratitud a Dios por su llamado al servicio eclesial. “Puedo decir dos cosas, dos certezas, nada más, que tengo: que Dios me ama y que soy de Él, aún desde mis fragilidades”, afirmó.
Por último, monseñor Martínez invitó a seguir el ejemplo de san José, cultivando la fe, el silencio interior y el valor del trabajo, como pilares fundamentales de una vida plena y en sintonía con la voluntad divina.+