Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. Martínez: Aplicar el "modelo social" del buen samaritano

  • 12 de julio, 2022
  • Posadas (Misiones) (AICA)
El obispo de Posadas animó a generar esperanza obrando como el personaje de la parábola, a fin de "poder ser desde la caridad y justicia practicada, los modelos sociales que nuestro tiempo necesita".
Doná a AICA.org

El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, consideró se necesita que “todos, pero sobre todo aquellos que tienen liderazgos sociales, políticos, económicos, religiosos... tengan un perfil que implique en sus acciones y compromisos esta opción preferencial por los pobres”.

“Deberemos estar especialmente atentos a si los liderazgos son narcisistas que solo buscan poder y dinero o tienen una consideración especial por la inclusión de tantísimos hermanos marginados. Los liderazgos narcisistas siempre llevan al fracaso porque se desentienden del bien común. Necesitamos en cambio conducciones con mayor magnanimidad”, diferenció.

El prelado posadeño recordó que el documento de Aparecida señala en concreto situaciones que hay que tener en cuenta y requieren una atención comprometida como la del buen samaritano: “La globalización hace emerger, en nuestros pueblos, nuevos rostros de pobres. Con especial atención y en continuidad con las Conferencias Generales anteriores, fijamos nuestra mirada en los rostros de los nuevos excluidos: los migrantes, las víctimas de la violencia, desplazados y refugiados, víctimas del tráfico de personas y secuestros, desaparecidos, enfermos de HIV y de enfermedades endémicas, tóxico dependientes, adultos mayores, niños y niñas que son víctimas de la prostitución, pornografía y violencia o del trabajo infantil, mujeres maltratadas, víctimas de la exclusión y del tráfico para la explotación sexual, personas con capacidades diferentes, grandes grupos de desempleados, los excluidos por el analfabetismo tecnológico, las personas que viven en la calle de las grandes urbes, los indígenas y afroamericanos, campesinos sin tierra y los mineros. La Iglesia, con su Pastoral Social, debe dar acogida y acompañar a estas personas excluidas en los ámbitos que correspondan”, citó.

“Para generar esperanza en medio de tantas dificultades tendremos que corregir y ajustar muchas cosas, pero sobre todo deberemos asumir actitudes de conversión de corazón, para obrar como el buen samaritano de la parábola y así poder ser desde la caridad y justicia practicada, los modelos sociales que nuestro tiempo necesita”, concluyó.+