Mons. Martínez anima a una fe personal y comunitaria
- 8 de junio, 2022
- Posadas (Misiones) (AICA)
"Es en la comunidad de la Iglesia donde formamos nuestra fe y nos animamos entre los cristianos en las dificultades", sostuvo el obispo de Posadas en su reflexión de Pentecostés.
Monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas, tuvo especialmente presente a la Iglesia en su reflexión de Pentecostés, al recordar: “Los cristianos, por el bautismo, somos parte de la Iglesia. Nuestra fe en Jesucristo el Señor tiene, por un lado, una dimensión de compromiso personal, y por otro, una dimensión comunitaria, eclesial”.
“Es importante decir esto porque en nuestro tiempo el individualismo es muy fuerte. No faltan los que se manifiestan católicos cuando, en realidad, sus criterios, opciones y modo de vida no son compatibles ni están en comunión con la Iglesia. Sin la referencia comunitaria-eclesial, terminamos acomodando la Palabra de Dios, a nuestra medida, gustos o propias ideologías”, advirtió.
El prelado posadeño sostuvo que “todos los cristianos estamos llamados a vivir nuestra fe en comunidad, en la Iglesia”, al explicar que “Dios no nos llama a una santidad individualista, aislados de los demás”.
“La Trinidad nos invita a una santidad comunitaria y a una misión compartida. Es en la comunidad de la Iglesia donde formamos nuestra fe y nos animamos entre los cristianos en las dificultades”, agregó.
“La experiencia comunitaria y eclesial es parte de un proceso de maduración de nuestra fe. En ese caminar vamos formando nuestra conciencia y nos hacemos responsables más profundamente del compromiso con Jesucristo, el Señor. Sin esta dimensión comunitaria de la fe, difícilmente podremos asumir una espiritualidad y compromiso cristiano en nuestra manera de pensar, criterios de juicio y normas de acción”, subrayó.
Por último, monseñor Martínez afirmó que “hace casi dos mil años desde aquel Pentecostés que la Iglesia sigue anunciando a Jesucristo por la fuerza del Espíritu Santo que la anima”.
“Nosotros estamos llamados a ser los testigos en este inicio de milenio. Sabemos que esto no es fácil por la complejidad de nuestro tiempo, pero no es poco contar con la certeza de que el Espíritu nos acompaña y seguirá acompañándonos hasta el final de los tiempos”, concluyó.+