Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. Malfa: "Llevemos a todos la sonrisa y la compasión de María"

  • 16 de septiembre, 2021
  • Dolores (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Chascomús, monseñor Carlos Humberto Malfa, presidió el 15 de septiembre en la ciudad de Dolores una misa en honor de la Virgen Patrona de la ciudad.
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En el día de Nuestra Señora de los Dolores, el obispo de Chascomús llegó hasta la ciudad que lleva su nombre para celebrar las fiestas patronales. En ese marco, hubo una procesión alrededor de la Plaza Castelli y una misa presidida por monseñor Carlos Malfa, que fue ocasión para la toma de posesión del presbítero Alejandro Mengucci como párroco de Nuestra Señora de los Dolores.

"El apóstol San Pablo dice que en los campos de Dios, uno siembra, otro riega, y otro es el que hace crecer. A ese Dios que hace crecer yo quiero agradecerle todos los frutos en estos últimos años, en esta comunidad, a través del ministerio del padre Maximiliano", expresó en su homilía.

"Y al Dios que hace crecer, le confío ahora los primeros pasos y el ministerio pastoral que está comenzando el padre Alejandro. En tu corazón sacerdotal, querido padre Alejandro, dejo ahora formalmente esta comunidad parroquial y la comunidad educativa de los institutos parroquiales, llamados a ser una única comunidad cristiana en la comunión, en la responsabilidad compartida, en la participación y en la misión", continuó.

Más adelante, el prelado recordó que "la Iglesia existe para evangelizar, esta es su dicha, su vocación, su alegría y su identidad". Y este anuncio del Evangelio, afirmó, "nosotros, en la diócesis de Chascomús, lo vamos realizando a través de lo que se llama el Sistema Integral de Nueva Evangelización, que es la renovación que el obispo está pidiendo a todas las comunidades para ser cada vez más ardientes en el anuncio de Jesucristo".

Este Sistema Integral, explicó, "le permite a los sacerdotes vivir más profundamente y más plenamente su ministerio sacerdotal, y llama a los bautizados a que vivan en profundidad su bautismo, de modo que pastores y fieles caminen juntos en la presencia del Señor, anunciando a Jesucristo, sirviendo a los hermanos, siendo el símbolo misionero de Jesús".

Y refiriéndose a la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, destacó dos gestos, dos actitudes de María: "Nos llevamos su compasión y nos llevamos su sonrisa. Quiso Dios que María compartiera al pie de la cruz, la compasión de su hijo por toda la humanidad", destacó. "A los pies de la cruz, María está viviendo el cumplimiento de la profecía de Simeón, cuando le decía que su corazón de Madre iba a ser traspasada por una espada de dolor al ver a su hijo clavado en la cruz. Y como Jesús, María lloró a los pies de la cruz".

"Es cierto que la discreción de Nuestra Señora, quizá nos impida descubrir la profundidad de su dolor. María se mantiene serena y fuerte a los pies de la cruz. La hondura de su sufrimiento nos es sugerida por ese antiguo simbolismo de espadas que atraviesan su corazón. Este es el dolor fundamental de María cuando entrega a su hijo para la redención de la humanidad".

"Hoy María está en la gloria y en la alegría de la resurrección, y entonces esas lágrimas de María se han transformado en una sonrisa que nunca podrá extinguirse", destacó. "Pero permanece intacta la compasión de María por cada uno de nosotros. María sigue amando a cada uno de sus hijos, adorando la voluntad de su hijo Jesús que se los entrega en la cruz".

"La sonrisa de María fue buscada siempre por los cristianos, incluso en la Edad Media los artistas las plasmaron en sus obras de arte de una manera enternecedora. Buscar la sonrisa de María no es una sensiblería de boca o un infantilismo piadoso. Buscar y recibir la sonrisa de María es ser fieles a la escritura que nos la muestra y nos la entrega cuando desde lo hondo del corazón sus labios proclaman el Magníficat, proclaman la grandeza del Señor, 'se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador'".

Finalmente, animó: "Recojamos en esta tarde esta sonrisa de María que nos muestra la dignidad de hijos, que nos hace tocar, que nos hace reconocer y celebrar la única riqueza que nosotros tenemos que es el amor gratuito con el que Dios nos ha creado y nos acompaña siempre".

"Llevemos a todos la sonrisa de María, y llevemos a todos la compasión de María", concluyó.+