Mons. Lugones: Cuaresma, un tiempo para replantearse el camino de la conversión
- 19 de febrero, 2021
- Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Lomas de Zamora planteó la necesidad de regresar como comunidad eclesial de las "posturas rígidas y tajantes" para "volver a ser el 'cacharro frágil' en manos del alfarero".
El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, presidió la misa del Miércoles de Ceniza en la catedral Nuestra Señora de la Paz, donde señaló que el rito de recibir en las cabezas las cenizas al comienzo de la Cuaresma es una propuesta a “hacer un alto en nuestra vida corriente y replantearnos el camino de la conversión”.
“La Cuaresma por ser un tiempo de gracia, pero a su vez acotado en el tiempo, nos permite con esa misma gracia poder transformar algo en nuestra vida cristiana, acompañados de la mirada paciente de Dios”, sostuvo.
El prelado lomense amplió su reflexión con varias referencias al mensaje de Cuaresma del papa Francisco, entre otras el párrafo donde el pontífice subraya que “la Cuaresma, como tiempo de conversión, es un volvernos a Dios. Volver a Dios con nuestras cargas y las de los otros, volver en nuestro camino, requiere pararse y comenzar a desandarlo. A veces volverse del camino ayuda a descansar, a encontrarnos con nosotros mismos y con los otros, a preguntar, a discernir, a pedir ayuda”.
Monseñor Lugones también hizo un llamado comunitario, al expresar la necesidad de “volvernos como comunidad eclesial, de nuestras posturas rígidas y tajantes para volver a ser el ‘cacharro frágil’ en manos del alfarero; a la misión en cuerpo que nos libra del individualismo estéril, a la confiada oración en común que renueva nuestro fervor misionero que apostando al tiempo de Dios, nos aleja del inmediatismo ansioso”.
“De un modo particular en esta pandemia, en que no han faltado en nuestra sociedad los miedos, las divisiones, el sufrimiento, la precariedad para atender a tantos, la violencia y la falta de justicia activa”, lamentó.
El obispo recordó que para volver a Dios, la Cuaresma presenta la oportunidad de “desandar el camino, pues como dice el poeta: ‘el mucho camino empaña el horizonte’. Es un camino hacia la pasión, nuestro horizonte está en la cruz, desde allí nos mira el Señor, si buscamos su mirada, si nos volvemos a su mirar con todo el corazón, es posible que su gracia nos alcance, como su mirada, con toda la ternura de Dios”.
“En la Cuaresma estemos más atentos a decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan, en lugar de palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian”, sugirió.
Por último, monseñor Lugones recordó que “la Cuaresma tiene una meta: la Pascua del resucitado” y aseguró: “Si nos dejamos mirar, si nos volvemos con todo el corazón, si nos dejamos mirar por Dios, nos abrirá Él mismo su costado, para contemplar un poco más de su gran amor, de su cercanía, de su bondad y de su gloria”.+