Mons. Larrazabal destaca lo que "pasó luego" del terremoto de 1944 en San Juan
- 19 de enero, 2023
- San Juan (AICA)
El obispo auxiliar presidió una de las misas por el 79° aniversario del suceso sísmico, valorando la acción solidaria y espiritual de muchos miembros de la Iglesia, y haciendo memoria de las víctimas.
El obispo auxiliar de San Juan de Cuyo, monseñor Gustavo Manuel Larrazábal CMF, presidió una de las misas en la catedral local por el 79° aniversario del terremoto del 15 de enero de 1944 en el que murieron unas 10.000 personas.
“La Iglesia de San Juan quiere compartir con las nuevas generaciones algunos hechos que sucedieron esos terribles días después del sismo que dejó a la ciudad en una montaña de escombros entre llantos, gritos, pérdidas de todo tipo aún de la razón en muchos de ellos. Exilio de familias, huérfanos, viudas”, expresó en la homilía.
“Independiente de la fe que profesamos, hay una realidad histórica que no podemos negar y, es posible mirarlo desde los que contribuyeron también a forjar un nuevo pueblo sanjuanino, manos silenciosas que trabajaron denodadamente por acompañar a los sobrevivientes, el obispo Audino Rodríguez y Olmos, los sacerdotes, religiosos y religiosas”, destacó.
Tras recordar una frase que, dijo, no deja de ser actual de monseñor Rodríguez y Olmos: “A todos nos ha unido el mismo dolor y nos ha nivelado la misma ruina”, recordó que “en esa misma noche sacerdotes comenzaron su labor incansable por socorrer, bendecir, absolver a los moribundos y fallecidos”.
Monseñor Larrazábal relató algunos hechos puntuales que involucraron a sacerdotes, religiosas y religiosos, personas presas que pusieron sus manos para remover escombros. También detalló los daños a los lugares de culto, y la imaginación de muchos clérigos para celebrar misas en las plazas o impartir los sacramentos en carpas improvisadas; y la tarea de las monjas para asistir a los heridos en condiciones precarias.
“Providencialmente ese 1944 la Iglesia propuso al comienzo del año, centrar la predicación sobre el tema de ‘la fe’. Se hizo un calendario para meditar durante el año, el Credo. En esto podemos ver como el Espíritu inspiró a la Iglesia para preparar las almas a la prueba que se el Señor en ese momento permitió. Le dio el arma para enfrentar lo que sólo la fe puede soportar”, afirmó.
“Gran sorpresa fue para el obispo de Mendoza monseñor Alfonso Buteler y exsecretario, encontrar en Mendoza a los sanjuaninos que fueron trasladados, sanos y heridos, todos confesados. Monseñor Audino recibió felicitaciones del nuncio apostólico, monseñor José Fietta por los sacerdotes de la diócesis y no menos por las religiosas. Esa noche murieron también dos religiosas de la Esclavas del Corazón de Jesús y el único sacerdote que oficiaba un matrimonio en la parroquia de Concepción. El Señor los encontró ejerciendo su vocación, estaban en su presencia”, concluyó.+