Mons. Jofré Giraudo: "Tener apetito de amor grande"
- 5 de agosto, 2021
- Villa María (Córdoba) (AICA)
El obispo de Villa María destacó la importancia de buscar los bienes superiores "que sacien nuestras necesidades espirituales"
El obispo de Villa María, monseñor Samuel Jofré Giraudo, explicó que la lectura de este domingo es la continuación de la del domingo pasado, la multiplicación de los panes. “Jesús continúa con el discurso llamado Pan de Vida, donde da el sentido espiritual profundo de este milagro y exhorta al pueblo a comer este Pan; es decir vemos que se habla de un pan material y espiritual”.
“A su vez se habla de la presencia de un hambre bueno, que nos lleva a buscar: El que no tiene hambre no busca nada y está cómodo en su situación. Y Jesús nos exhorta a buscarlo. Hay un hambre bueno como también hay un hambre malo, de carencia, de miseria entre nosotros”.
En el segundo punto, rescató la escena de Jesús en Cafarnaún cuando se encuentra con la multitud que lo seguía y le preguntan dónde estaba. En ese momento, Jesús responde: “Me buscan porque comieron pan hasta saciarse”.
Con relación a esto, el obispo expresó: “Es decir que todavía prevalece en ellos la comodidad de encontrar a uno que le trae el pan y las cosas terrenales porque les soluciona el problema”.
“Cuando una persona valora más el beneficio material que el amor de quien lo da, se está perdiendo lo mejor. Porque lo que más necesitamos nosotros es sabernos queridos. Cuando la persona se concentra en el beneficio material, se pierde esta experiencia de saberse amado. Esa falta de apetito, cuando una persona está saciada, hace que no busque algo más y Jesús nos insiste en que busquemos algo superior”.
En ese sentido, reflexionó: “¿Cómo nos alimentamos de este nuevo pan espiritual? Jesús nos dice por la fe, cuando nos anima a trabajar, no por el alimento perecedero sino por el que permanece para la vida eterna”. Y lamentó: “Hay mucha gente que hoy se siente saciada por tener un poco de diversión simplemente”.
El obispo de Villa María exhortó a ir “más allá porque tenemos un destino eterno”, y explicó: “Con la fe comemos el alimento bajo tres formas principales que Jesús nos brinda: La Palabra, la eucaristía y el prójimo”.
“La palabra de Dios da gusto, sabiduría, satisface el alma”, explicó. En cuanto a la Eucaristía, reafirmó la importancia de la misa dominical: “Todos, alguna vez, hemos experimentado al comulgar un gusto sobrenatural en el alma; otras veces nos puede ocurrir que comulgamos y no experimentamos absolutamente nada. Eso puede ser una prueba en el amor, pero también puede ser porque no comulgamos con hambre. Vayamos a la comunión con la Fe de que es Cristo a quien recibimos”.
En la relación con el prójimo, manifestó que “debemos aprender a dar con alegría” y puntualizó: “Cuando digo dar no me refiero solamente al dinero o cosas materiales, digo también tiempo, atención, visita, gesto de comprensión, de perdón para con el otro. Cuando damos es cuando más recibimos, y entramos en un círculo virtuoso de creer en la palabra de Cristo, comerlo en la Eucaristía por amor y entregarlo al prójimo”.
Por último, monseñor Jofré exhortó a no llenar la vida con cosas insustanciales y superficiales “que nos quitan el apetito de bienes superiores”. Y concluyó: “La Virgen amasó en su vientre y en su corazón este Pan de Vida que es Jesús. Pidámosle que nos ayude a tener apetito de amor grande, que sacie nuestras necesidades espirituales y se ocupe también de las materiales”.+