Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. Jofré: Dios quiere enriquecernos para que sirvamos a otros

  • 27 de julio, 2021
  • Villa María (Córdoba) (AICA)
El obispo de Villa María, monseñor Samuel Jofré, compartió sus reflexiones sobre la Liturgia del domingo, centrándose en el Evangelio de la multiplicación de los panes.
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En su homilía dominical el obispo de Villa María, monseñor Samuel Jofré, reflexionó sobre el Evangelio que narra la multiplicación milagrosa del alimento que realiza Jesús con los panes y los peces. "Esta multiplicación nos habla de fecundidad, la capacidad que Dios tiene para difundir el bien. Nos admiramos de esta multiplicación milagrosa que algunas veces se ha dado también en la vida de la Iglesia, en la vida de los Santos".

En ese sentido, tomó la figura del Santo Cura de Ars. "Cuentan que tenía un orfanato, y un día no tenían que darle de comer a los chicos, solamente un poquito de trigo en el depósito de la casa, que se multiplicó milagrosamente. Es decir que Dios, cada tanto hace milagros porque nos viene bien a nuestra fe".

"Pero con mucha más frecuencia Dios está haciendo este mismo milagro de modo natural. Porque en los ritmos de la naturaleza hay un proyecto divino, el alimento se multiplica a diario por la fuerza que Dios le da a la naturaleza. Nuestros sembrados son testimonios evidentes. Lo que ocurre es a fuerza de su repetición ya no nos sorprendemos, pero si lo consideramos seriamente es admirable que de un pequeño grano se multiplique el alimento", valoró.

"Así también ocurre con los animales; de una pareja Dios suscita muchos más para la recreación y alimento nuestro. Pero siempre tiene esta nota que vemos en el Evangelio. Dios pide nuestra colaboración, Dios necesita de nosotros. Es una constante, decíamos el domingo pasado que Dios quiere enriquecernos también con capacidad para que nosotros sirvamos a otros. Compartamos juntos", animó.

"Nuestra Patria es un ejemplo impresionante de hacer exactamente lo contrario. En la Argentina se multiplica la pobreza desde hace mucho tiempo. Una de las razones por las cuales se multiplica la pobreza es precisamente porque no respetamos este estilo divino de actuar. Nuestros gobiernos pretenden repartir lo ajeno por la fuerza quitando libertades de tantas maneras; haciéndonos creer que sin trabajo la riqueza se multiplica. Imprimen billetes y piensan que de esa manera se multiplica la riqueza. No es así, los hechos lo demuestran", advirtió.

"El colmo de esa actitud es la medida de hace pocos meses, en prohibir la exportación de carne como un gesto de tremendo egoísmo en decir que la carne es para nosotros solos, los otros pueblos que se las arreglen. Dios no va a dejar de castigar esa actitud egoísta que quita alimento a otros pueblos que la necesitan. Genera pobreza para nosotros. Es doloroso y triste", lamentó.

"Nuestro planteo no es ni económico, ni político: es religioso. Porque se trata de colaborar con Dios y no de imitar falsamente a Dios. Esto tiene una raíz muy profunda en la naturaleza humana porque la fecundidad que multiplica es propia del amor. Fijémonos en un detalle, si yo le quito por la fuerza a alguien parte de lo que tiene, lo estoy empobreciendo; si le doy a otro diciendo que no tiene que trabajar se genera pobreza. Por el contrario, cuando yo tengo y libremente, por amor, lo comparto el bien se multiplica", explicó.

"Porque quien da por el amor no pierde lo que entrega, lo vemos nosotros en nuestra vida cotidiana cuando compartimos alegremente por amor nuestros bienes o nuestro tiempo. Quien comparte sabiduría no la pierde, sino que la gana, porque la da por amor. Así también los bienes materiales, cuando comparto algo no me empobrezco, sino que quien da por amor se enriquece y enriquece al otro porque lo recibe como un don generoso", aseguró.

Y refiriéndose a la Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores, convocada por el Papa, afirmó: "Los ancianos y abuelos son depositarios de tesoros de experiencia, memoria y sabiduría que en este intercambio amoroso en la familia y la comunidad enriquece a todos. Sin embargo estamos viendo como de muchas maneras nuestra sociedad combate la fragilidad de la ancianidad. No ve en la ancianidad una oportunidad para suscitar generosidad, sino como una molestia que hay que evitar".

"Muchos países europeos están aprobando leyes que se están difundiendo en muchas naciones: Holanda a la cabeza, Bélgica, España, tienen leyes por las cuales matan a los ancianos; a veces con el consentimientos de ellos y otras sin", alertó. "Es una actitud criminal que en la Argentina, no está dicho oficialmente, pero que según los esquemas de los gobiernos, no están lejos de esos pensamientos; porque si se mata a los niños por nacer, es perfectamente lógico y predecible que se maten a los abuelos que estorban. Es una lógica del descarte, egoísta. Tremendamente contraria a los planes de Dios", sostuvo.

"Nosotros tenemos que enorgullecernos en seguir viendo a la vida como un don. Un don a multiplicar, tanto en los hijos como en los ancianos que Dios nos encomienda para cuidar. Para vivir bien esto la unidad de la familia es fundamental; pero también es fundamental que la Iglesia se encuentre como familia", añadió.

"Tenemos que encomendar que la familia esté sana y cuiden a sus hijos; los hijos a sus padres, a los abuelos. Pidámosle a la Santísima Virgen quien fue virginalmente fecunda en su hijo Jesús; pero también fecunda espiritualmente en sus apóstoles, discípulos y la Iglesia toda", concluyó.+