Jueves 14 de noviembre de 2024

Mons. Han Lim Moon: La corrección fraterna

  • 5 de septiembre, 2020
  • San Martín (Buenos Aires) (AICA)
En su reflexión para el 23° domingo durante el año, el obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, habló sobre la corrección fraterna.
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En su reflexión para el 23° domingo durante el año, el obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, habló sobre la corrección fraterna.

“En el Evangelio de hoy dijo el prelado, Jesús nos presenta uno de los modos más difíciles y delicados del amor al prójimo: la corrección fraterna”, comenzó diciendo el prelado, y explicó que esta expresión significa “corregir al hermano, con quien formamos parte del mismo cuerpo de Cristo por el bautismo”. 

De este modo, dejó los criterios que ofrece Jesús para corregir fraternalmente al hermano: “En primer lugar, conversar con él ‘a solas’ teniendo en cuenta que no se trata de algo mecánico, sino de un problema humano grave que afecta al resto de la comunidad y que él no reconoce”.

Para esto, previamente se debe “pedir a Dios que infunda su amor y luz a quien corrige y que abra la mente y el corazón de quien será corregido para que pueda reconocer el problema”. En este sentido, monseñor Moon dijo que “sólo el amor divino hace muy delicado y prudente a quien corrige para encontrar el mejor momento, lugar y modo y dispone mejor a quien será corregido”. 

En el encuentro, “se da un intercambio sobre los distintos puntos de vista acerca de la cuestión, hasta que el hermano reconozca el problema en un clima de comprensión y cuidado hacia él y la comunidad”. En este paso es muy necesario el acompañamiento, resaltó el obispo. Y aclaró que si no resulta, “se puede plantear la cuestión entre dos o tres personas más”. 

El prelado recomendó acompañar el proceso en oración, “porque Dios Padre y Jesús son los primeros interesados en que ninguna de sus ovejas se pierda”. El último paso, si el hermano no reconoce la falta, “el responsable de la comunidad, en nombre de ella, le ofrecerá otra ayuda especializada y personalizada para su recuperación”.

Finalmente, monseñor Moon mencionó que “la corrección fraterna no es nada fácil porque no somos suficientemente humildes, prudentes, pacientes y delicados por nuestras limitaciones y debilidades”. Pero “lo que nos garantiza hacerlo bien y con esperanza es el mismo amor de Dios instalado en nuestro corazón”, concluyó.+