Jueves 26 de diciembre de 2024

Mons. Han Lim Moon: El "templo digno" donde Dios habita

  • 17 de abril, 2021
  • Venado Tuerto (Santa Fe) (AICA)
"¡Tu cuerpo es muchísimo más hermoso y valioso de lo que imaginás! Porque sos el 'templo de Dios'", expresó el obispo coadjutor de Venado Tuerto en su homilía de este domingo.
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Para el tercer domingo del tiempo de Pascua, el 18 de abril, el obispo coadjutor de Venado Tuerto, monseñor Han Lim Moon, habló sobre la dignidad del cuerpo humano, comparándolo con el cuerpo resucitado de Jesús. 

En el Evangelio del domingo, ante la duda de los discípulos, Jesús come un trozo de pescado y les muestra “que no es un fantasma”, aunque el cuerpo con el que se muestra “era absolutamente superior al que tenía antes de su muerte, porque ya no tenía limitaciones ni de tiempo ni de espacio”, describió el obispo.

Monseñor Moon afirmó en este sentido que “en este templo, que es su cuerpo real muerto y resucitado, entramos en comunión con Dios Padre”. Cuando Jesús asciende al cielo, ese “nuevo templo” continúa presente “en el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre que Él mismo nos dejó por medio del pan y vino”, recordó el prelado.

Por eso, cada vez que nos alimentamos con este sacramento, “nos hacemos uno con Él; y, en Él, formamos un solo cuerpo entre nosotros; así fortalecemos nuestra comunión con Cristo y entre nosotros, que ya tenemos desde el bautismo”.

El coadjutor de Venado Tuerto anunció que así, “al unir nuestro cuerpo al cuerpo muerto y resucitado de Cristo, nuestro cuerpo se convierte en ‘templo digno’ donde Dios habita”. Por este motivo, señaló la importancia de ofrecer “todo lo que somos y lo que hacemos cada día”.

Finalmente, monseñor Moon se dirigió a la comunidad y le explicó: “Tu cuerpo no es simplemente un conjunto de carne y huesos. Más allá de que tengas un cuerpo hermoso o no, ¡tu cuerpo es muchísimo más hermoso y valioso de lo que imaginás! Porque sos el ‘templo de Dios’ y ya estás en camino a la unificación plena de tu cuerpo con el cuerpo espiritual, incorruptible y glorioso de Cristo”.+