Viernes 15 de noviembre de 2024

Mons. García Cuerva llamó a "cuidar la vida y valorar lo que es de todos"

  • 18 de septiembre, 2020
  • Río Gallegos (Santa Cruz) (AICA)
El obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge García Cuerva, se expresó en una entrevista radial sobre la situación que se vive en la diócesis respecto de la pandemia.
Doná a AICA.org

El obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge García Cuerva, brindó una entrevista a Radio LU12 AM680 de Río Gallegos, y expresó su opinión sobre la situación que atraviesa la comunidad respecto del Covid-19.

El prelado lamentó que durante mucho tiempo se haya considerado ingenuamente que la pandemia era un problema “de otras ciudades” y afirmó que “nos equivocamos en el diagnóstico”, fundamentalmente los ciudadanos comunes.

“Me parece que hay una irresponsabilidad propia que aún ni el mejor gobierno puede cambiar, que tiene que ver con las conductas personales. Yo creo que hoy el gran milagro que quiero pedir  al Señor del Milagro, que aprendamos a cuidarnos y que aprendamos a saber que nuestras conductas individuales tienen una consecuencia social”, expresó, y reconoció que “las conductas individuales han tenido desgraciadamente consecuencias sociales negativas, y esto es lo que nos ha pasado en este último tiempo, y eso nos tiene que doler profundamente el alma”. 

“Ojalá que estas noticias no tengamos que darla nunca más, es decir que asumiendo la responsabilidad individual empecemos a entender que, si yo hago las cosas bien, eso tiene una consecuencia social en los demás”, anheló.

El prelado aclaró que la situación que se vive no es producto del desconocimiento, “porque estamos recibiendo información como nunca”, sino que “por un lado hay una responsabilidad grande y también creo que hay una negación del problema”. 

“Conozco gente que sigue insistiendo que esto es prácticamente un complot de las fuerzas internacionales contra la Argentina o contra la Iglesia. Todavía seguimos creyendo que los enemigos están como digitando esta pandemia, y esto nos es verdad, creo que hay irresponsabilidad, creo que hay negación, y creo que hay esta ingenuidad de que a nosotros no nos iba a llegar, esta última creo que ya nadie la puede sostener”.

La pandemia sacó de nosotros "lo mejor y lo peor"
“Creo que la pandemia crudamente ha sacado de nosotros lo mejor y lo peor. Lo mejor: hay una solidaridad increíble, incluso gente que se cuidó quedándose en su casa, que cocina para alcanzar viandas a la gente, gente que está comprometida desde la oración o tejiendo mantas en su casa cuidando su salud, hasta gente que está en el frente de batalla, como el personal sanitario”, valoró. “Y también la pandemia ha sacado la mayor crueldad que tiene que ver con el individualismo, que tiene que ver  con el egoísmo, que tiene que ver con ‘no me importa que le pase al otro’”, advirtió.

“Dicen que en los momentos críticos uno es ‘más uno mismo’, entonces en un momento crítico de la vida, el depresivo está mucho más angustiado, y el optimista tiene mucha más fuerza, tiene ganas de salir adelante; creo que estamos viviendo un momento crítico y la pandemia está mostrando que en realidad esta empatía existía en algunos, pero no en todos”, señaló monseñor García Cuerva.

“Siempre insistí con algo acá en Río Gallegos: el amor que tenemos hacia nuestras vidas, hacia  nuestras familias, hacia nuestras casas, pero de puertas adentro, fíjense que en realidad no hay amor hacia el espacio común, no hay amor hacia la calle, y entonces no están arregladas las veredas, no hay amor hacia el espacio común, entonces uno puede tirar las bolsas en un lugar verde, no hay empatía con el espacio común, con el vecino, y eso en un momento crítico se ve más, eso es lo que nos está pasando”, consideró. 

En ese sentido, reiteró el mensaje que cada domingo dirige a la comunidad en la misa: “Que cuidemos nuestras vidas y que nuestros actos tienen consecuencias sociales, entonces insisto una vez más con que aprendamos a valorar lo propio y aprendamos a valorar lo que es de todos”. 

“La ciudad es la Casa de Todos, y por lo tanto la tenemos que cuidar entre todos, especialmente cuidar a los más vulnerables, saber que lo que yo haga tiene consecuencias también en nuestros abuelos, tiene consecuencia también en la gente que está en situación de calle, en la gente que duerme de manera vulnerable donde puede”. 

“Tenemos un montón de gente que no sale de su casa y necesita de nuestra generosidad, necesita un remedio, necesita un trámite y que tratamos de darle una mano, tratamos de acompañar la angustia y la soledad de muchos también con el teléfono de la esperanza, es decir,  sepamos que hay gente que la está pasando muy mal. Entonces, si vos gracias a Dios no tuviste ningún familiar cercano enfermo y tenés buena salud y el COVID no te va a enfermar, dale gracias a Dios, pero sabé que todo lo que vos hagas puede afectar a los más vulnerables”, insistió.

"Dios se acuerda siempre de nosotros"
En cuanto al acercamiento de la población a la Iglesia, reconoció que “cuando las papas queman nos acordamos más de Dios, pero lo bueno es que Dios se acuerda siempre de nosotros, aun cuando las papas no queman, eso es lo bueno, es un Padre que nos ama, misericordioso y nos está acompañando en este momento”. 

Retomando las palabras del papa Francisco, afirmó que “el crucifijo es el gran libro del amor de Dios, o sea nosotros en la Cruz de Jesús no vemos un instrumento de tortura, lo que vemos es el amor que Dios nos tiene, el amor que nos libera, el amor que necesitamos y que nos renueva en la esperanza; entonces creo que nuestra gente hoy necesita más que nunca esperanza y fe para seguir acompañando este momento tan difícil”. 

“Estamos todos muy vulnerables, muy cansados, muy angustiados, entonces con mayor razón tenemos que tirar todos para el mismo lado, no es momento de pelearnos”, advirtió. “Las pocas energías que me quedan, las quiero poner en el trabajar juntos,  las quiero poner en sentarnos en una misma mesa sintiéndonos que Rio Gallegos es la casa de todos y hay que cuidarla entre todos”, animó.

“Estamos remando todos juntos”, recordó y con estas palabras animó “a tantos que están angustiados, que están solos, que están desconcertados y necesitan de la fe de Dios”.

En cuanto al trabajo de la Iglesia ante las necesidades de la comunidad, monseñor García Cuerva explicó que hay “dos canales o frentes de actividad o de acción de la Iglesia: por un lado, todo lo que tiene que ver con acompañar las celebraciones de las misas, que lo hacemos a través del Facebook, a través de las redes sociales, a través de los medios de comunicación de radio y TV, y esa es la manera de estar cerca de la gente”, ya que “en los chats está el corazón que está vibrando de una ciudad, de una sociedad que necesita de Dios”. Por otro lado, “estamos acompañando más personalmente llevando la Eucaristía a los enfermos, a las casas, y acompañar el momento último en el responso en el cementerio”.

“El otro frente, que es el frente de la acción social, de la solidaridad, que es con todos los recaudos sanitarios, en esto soy muy exigente. En los comedores- la ciudad tiene cuatro-, la entrega de viandas, en el llevarle leña o frazadas a las familias de los barrios más carenciados, en el acompañamiento a los enfermos. Hay un equipo hermoso que acompaña, algunos desde sus casas y otros cocinando todos los días. La preocupación nuestra también es cuidar a los que cuidan, cómo cuidamos a los voluntarios, cómo estamos cerca de esa gente maravillosa que le está poniendo alma, vida y corazón a esta acción solidaria”, detalló.

Recordar que "el otro está igual que yo"
Finalmente, el pastor de Río Gallegos aconsejó tomar conciencia “de cómo está cada uno de nosotros y darme cuenta que el otro está igual que yo”. En ese sentido, consideró: “Por fuera le ponemos garra, ayudamos si es necesario, peleamos, discutimos, trabajamos, tenemos opinión de todo, pero por dentro el corazón está sangrando, estamos crudos, estamos todos extrañando, estamos todos con ganas de que esto pase, estamos todos tristes”. 

“Algunos han tenido que despedirse de seres queridos que han sido sepultados, de un modo que nos hiere el alma. Si ahora que estamos todos intolerantes, pienso que en realidad al otro le está pasando lo mismo que a mí, que el otro también está mal, que también por dentro está crudo y su corazón sangra, creo que nos trataríamos un poco mejor”. 

Y por último, llamó a “tener en cuenta un cuentito que siempre cuento: dicen la que tristeza y la bronca se fueron a nadar, se metieron en el agua desnudas, y la primera que salió fue la bronca porque es mucho más impulsiva y se puso la primer ropa que encontró y fue la de la tristeza, cuando la tristeza salió, que en general  es más lenta porque le cuesta irse, se puso la única ropa que quedaba, que era la de la bronca, desde ese día muchas veces cuando nos encontramos con alguien que tiene bronca y que es agresivo, en realidad por dentro lo que hay es tristeza. Creo que hoy hay mucha tristeza en nuestra gente, y algunos en lugar de mostrarla con llanto, con lágrimas, en vez decir no doy más, la muestran con bronca, la muestran de manera irascible, y mostramos una sociedad crispada, pero que en el fondo está muy triste y está llorando”, aseguró.

Que Dios los bendiga, y que Señor del Milagro “nos ayude a salir de esta, hoy le volvemos a pedir: hay un gran sismo en nuestra sociedad, que es la pandemia, que Él nos ayude a salir de esta”, concluyó.+