Mons. García Cuerva: 'Hacer memoria de Malvinas es fuente de orgullo, heroísmo y soberanía'
- 2 de abril, 2024
- Buenos Aires (AICA)
"Que nuestras lágrimas y la sangre de nuestros héroes fecunden nuestra amada Argentina para que, de una vez y para siempre, germinen frutos de solidaridad, justicia, y paz", pidió el arzobispo porteño
El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió la misa por el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas en la catedral metropolitana, donde aseguró que “cada 2 de abril es también motivo para llorar”.
Participaron de la celebración eucarística la canciller Diana Mondino, el secretario general del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Fulvio Pompeo, entre otros funcionarios; veteranos de guerra y familiares de las víctimas del crucero ARA General Belgrano.
El arzobispo porteño animó a no tener miedo de llorar y preguntó: “Argentina, ¿por qué lloras?”
“Lloramos porque nos duelen los 649 combatientes fallecidos y más de mil heridos; lloramos porque nos duele la guerra, nos duele el olvido, nos duele la utilización ideologista de la causa Malvinas; lloramos tantas promesas incumplidas; lloramos fracasos y frustraciones; lloramos también los muertos de la pandemia; lloramos de dolor, lloramos de tristeza, y también lloramos de bronca; lloramos porque nos duele la Patria”, respondió.
Tras recordar parte del mensaje del Papa Francisco al presidente europeo en octubre de 2020, en el que planteaba: “Es muy triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país y desfiguran la patria”, citó la poesía de Jorge Dragone Se nos murió la Patria y que el pontífice incluyó en aquel discurso.
Monseñor García Cuerva aseguró que “desde el Atlántico sur, desde el frío y el viento, escuchamos su voz: Argentina. ¿por qué lloras?” e invitó a hacer memoria de las Malvinas porque “es fuente de esperanza y regocijo, de orgullo, de heroísmo y de soberanía”.
“Decir Malvinas es decir identidad nacional, es decir Patria, es decir historia, presente y futuro, es decir fraternidad porque la causa de Malvinas nos une”, sostuvo y agregó: “Que seamos capaces de pedir el don de las lágrimas para ver más claro, para limpiar la mirada, y llenarnos de esperanza, divisando desde la costa patagónica aquellas hermanas Soledad, Gran Malvinas y todas las islas del Atlántico sur”.
“Que nuestras lágrimas y la sangre de nuestros héroes fecunden nuestra amada Argentina para que, de una vez y para siempre, germinen frutos de solidaridad, justicia, y paz para todos sus habitantes”, pidió.
El primado rogó a Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina, que “interceda por todo nuestro pueblo, y como Madre, acaricie y cure las heridas aún no cicatrizadas de la guerra”.
“¡Malvinas, por siempre argentinas!”, concluyó.+