Mons. Frassia: El mandamiento más grande es el amor
- 7 de noviembre, 2018
- Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Frassia, manifestó que el acercamiento a Dios enriquece el servicio ante nuestros hermanos, pero el alejamiento de Dios empobrece la relación interpersonal entre los hermanos. Lo dijo al reflexionar sobre el pasaje evangélico de San Marcos donde Jesús dice que el primero de los mandamientos es el de amar a Dios y el segundo es amar al prójimo.
"Para que nadie tenga dudas ?explicó-, la esencialidad está en el espíritu, en la vida; como que también lo expresa, misteriosamente, Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre. Él viene a ser la síntesis del misterio, de lo divino y de lo humano".
"Muchas veces -prosiguió el obispo- interpretamos mal, escuchamos mal, distorsionamos el valor y el sentido de las cosas. Muchas veces queremos borrar a Dios de nuestros proyectos, de nuestras leyes, de nuestra vida, de nuestra sociedad, como si Dios estuviera de más. Y así ponemos el acento en el segundo mandamiento, amando al prójimo como a uno mismo, sirviendo, aportando a la justicia, quitando el hambre de los pobres, trabajando por los demás ¡está perfecto! Pero una cosa no quita la otra.
En la vida hay que hacer síntesis y yo diría mucho más: la fuerza de Dios potencia el amor al hermano; el acercamiento a Dios enriquece el servicio ante nuestros hermanos. Pero el alejamiento de Dios empobrece, entristece y opaca la relación interpersonal entre los hermanos.
Si hay alguien que es el sujeto, en este caso seríamos nosotros, que nos dice "ama al prójimo como a ti mismo", les puedo asegurar que muchas veces nosotros no nos sabemos amar, y como no sabemos amar en serio no sabemos amar a los demás.
Síntesis, plenitud, madurez. A Dios hay que dejarlo ser Dios en nuestra vida y que Dios nos siga iluminando para descubrir y reconocer en el otro a nuestro prójimo. Y saber que si nos alejamos de Dios perdemos el equilibrio; si perdemos el equilibrio nos vamos a perder y también en contra de los demás. Dios quiera que aprendamos en serio estos dos mandamientos apoyados en un único amor: Dios y el prójimo.+