Mons. Fisichella: Que la vacuna contra el Covid-19 llegue a todos, incluso a los más pobres
- 13 de junio, 2020
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Mons. Rino Fisichella, pidió hoy que la vacuna para prevenir el Covid-19, deberá ser universal porque "no puede haber una zona geográfica que es privilegiada y otra que sufre porque es pobre".
El presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, monseñor Rino Fisichella, pidió hoy -durante la conferencia de prensa para presentar el Mensaje del papa para el IV Jornada Mundial por los Pobres- que cuando se logre una vacuna para prevenir la enfermedad de COVID-19, deberá ser universal porque “no puede haber una zona geográfica que es privilegiada y otra que sufre porque es pobre”.
“Estamos ante una pandemia y ante una situación que afecta al mundo entero. Por eso, no puede haber una zona geográfica que es privilegiada y otra que sufre porque es pobre”, ha señalado al ser preguntado por los proyectos en curso para lograr una vacuna y la posibilidad de que sea vendida al resto de países.
“La ciencia necesita reglas o principios éticos a los que atenerse”, señaló monseñor Fisichella. En este sentido, pidió que haya un principio ético para que la ciencia no dé “respuestas” movida sólo por “intereses parciales”. De esta manera, recordó que cuando los laboratorios identificaron terapias y curas válidas para el virus del sida “fueron vendidas a precios imposibles en África” que es una de las zonas más pobres del planeta.
El prelado subrayó que la imagen que tiene Dios “no conoce color de piel y no conoce la cuenta bancaria”.
En cuanto al Mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial por los pobres, explicó que se trata de “una invitación” a los cristianos para “quitarse de encima la indiferencia” y para recuperar “la solidaridad y el amor”.
“El mensaje del Papa es una invitación a quitarse de encima la indiferencia y la sensación de fastidio hacia los pobres, para recuperar la solidaridad y el amor que viven de la generosidad dando sentido a la vida”, dijo.
“El Papa -continuó monseñor Fisichella- parte en su mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres del Libro de Sirácida, uno de los deuterocanónicos sapienciales del Antiguo Testamento, para señalar que las preguntas que se hace su protagonista son las mismas que han marcado la vida de millones de personas en estos meses de coronavirus. “La enfermedad, duelo, incertidumbre de la ciencia, dolor, la falta de las libertades a las que está acostumbrado, la tristeza de no poder despedirse de las personas”, enumeró el presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.
En referencia a las manos extendidas que componen el tema del Mensaje, “muestra cómo los que dan y los que reciben se necesitan mutuamente” y añadió: “La imagen de las manos extendidas fue utilizada por el Papa, quien recordó, en el momento de la pandemia, las de médicos, enfermeras, voluntarios, sacerdotes. Por otro lado, esas “manos en los bolsillos” que no se dejan mover por la pobreza se destacan, monseñor Fisichella destacó: “Esas manos que básicamente acumulan dinero, en detrimento de otros para luego llevar una vida efímera”.
“Palabras duras” subrayó el prelado, que destacan “cuánta falta de responsabilidad social todavía está presente en el mundo de hoy con la consecuencia de focos extremos de pobreza que están aumentando dramáticamente”. Pero afortunadamente esta última lista es más corta, lo que demuestra que “lo bueno siempre es muy superior a la codicia de unos pocos”. La mano extendida es, por lo tanto, una invitación a aliviar el sufrimiento de quienes viven incómodos en los gestos de la vida cotidiana. +