Mons. Fernández: hay que defender incondicionalmente toda vida
- 28 de marzo, 2022
- La Plata (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de La Plata oró por lo que ocurre en Ucrania y otros países donde la muerte arrasa con la dignidad de la vida. Fue durante la "Misa por la vida y el fin de la guerra" en la catedral.
El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, celebró el 25 de marzo la “Misa por la vida y el fin de la guerra” en la catedral platense, donde expresó que “ya es una tradición celebrar al niño por nacer en esta fiesta en que nos admiramos por el misterio del Hijo de Dios asumiendo nuestra vida humana en el seno de María".
El arzobispo platense explicó que se llama “jornada por la vida” porque "contemplamos y defendemos la vida desde su gestación, en todas sus etapas y hasta la muerte natural”.
“Si prestamos especial atención a la vida humana no nacida, es porque si no se defiende esa vida digna, frágil e inocente no quedan muchos fundamentos para defender incondicionalmente toda vida. Es una vida humana con la mayor indefensión que conlleva el no poder siquiera expresarse para exponer la propia causa. Por eso se trata de un tema no negociable para la Iglesia, ya que cualquier relativización que justifique abandonar esa vida indefensa, pone en riesgo o debilita los fundamentos de cualquier preocupación por la dignidad de las personas o por los derechos humanos”, sostuvo.
Al mismo tiempo, invitó a recordar los fundamentos sobrenaturales más hondos de la defensa de la vida humana: “Para defender siempre la vida humana no nos movilizan sólo las argumentaciones racionales que pueda utilizar en una discusión, por más valiosas que puedan ser y por más necesarias que sean en un contexto científico o sociopolítico. Me moviliza más que nada y antes que nada saber que cada ser humano es un proyecto de amor del Padre Dios que lo ama infinitamente y le regaló la vida por pura y gratuita ternura. Me mueve pensar que el Padre Dios creó a ese ser humano a su imagen y lo tejió, lo modeló con particular interés en el seno de su madre. Me mueve saber que el Hijo de Dios se hizo hombre por él y elevó su humanidad a una altura insospechada. Me mueve recordar que por esa creatura él derramó su preciosa sangre. ¿Qué razón más profunda y más sólida puedo agregar a estas?”.
Monseñor Fernández subrayó que de ese modo puede comprenderse nuestro rechazo de toda guerra, y añadió: “Queremos orar especialmente por la paz en Ucrania, acompañando el gesto del Santo Padre de consagrar a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María. Cada ser humano que muere o sufre en la guerra es una tragedia, es un atentado a la dignidad de la vida humana. Pero no oramos sólo por esta guerra, porque a esta la conocemos más por los medios porque hay cuestiones geopolíticas".
El arzobispo platense finalmente, invitó a ampliar la mirada: "Hay otras situaciones igualmente trágicas en el mundo, especialmente en Asia y Africa, y algunas con la gravedad de estar relacionadas con cuestiones étnicas, con formas de racismo… En Etiopía, en Birmania y no hablemos de Afganistán, de Israel y Palestina y de tantas otras situaciones de violencia. Por eso, oramos en esta Misa por lo que ocurre en Ucrania y en todos los demás países lejanos a nosotros pero donde la muerte arrasa con la dignidad de la vida. Y al mismo tiempo oramos por hermanos y hermanas en nuestro país que siguen muriendo por falta de cuidados, por las mujeres que mueren porque llegan al parto desnutridas o enfermas sin suficiente atención. Que el Señor en su inmensa misericordia escuche nuestra plegaria”.
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