Mons. Ñáñez llamó a corresponder al amor de Dios

El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, celebró el domingo 26 de mayo la misa en la capilla Nuestra Señora del Consuelo, del barrio Cabildo, en la ciudad de Córdoba. En su homilía, llamó a experimentar el amor de Dios en nuestras vidas y corresponderlo, y a superar las dificultades a través del encuentro y el diálogo.

El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, celebró el domingo 26 de mayo la misa en la capilla Nuestra Señora del Consuelo, del barrio Cabildo, en la ciudad de Córdoba. "Celebramos la Eucaristía en esta comunidad que honra de modo especial a la Virgen Santísima en su advocación de Nuestra Señora del Consuelo, y la verdad es un consuelo estar entre ustedes y compartir con ustedes la fe que tenemos en común", expresó en su homilía.

Refiriéndose a la reciente visita ad límina al papa Francisco, relató: "El Santo Padre está muy bien, muy vital, entusiasta, consciente de las dificultades pero, como él nos ha señalado, viviendo una profunda paz". En ese sentido, recordando lo que Jesús dijo a Pedro en la última cena; ?confirma a tus hermanos?, el prelado aseguró: "Ahora el papa Francisco, sucesor de San Pedro, nos confirma a todos recordándonos que vale la pena creer en Jesús, que vale la pena jugarse por Jesús".

Centrándose en el Evangelio, monseñor Ñáñez recordó que "Dios nos ama primero", pero pide una respuesta, "una correspondencia a ese amor". En ese sentido, consideró que "si correspondemos al amor que Dios nos tiene, recibimos nuevos dones", ya que Jesús dice: "Al que tiene se le dará y le sobrará".



"Entonces cuando nosotros recibimos el amor de Dios y correspondemos, nos esforzamos por querer a Dios, entonces se produce una maravilla: Dios mismo viene a nuestro corazón", afirmó.

"Y Jesús dice en el Evangelio: ?Cuando venga el Espíritu, Él les enseñará todo?, es decir, vamos comprendiendo poquito a poco lo que significa esto de que Dios esté en nuestro corazón cuando nos dejamos querer por Él, y tratamos a nuestra vez de quererlo lo mejor que esté a nuestro alcance. El Espíritu nos va haciendo comprender esto progresivamente", señaló.

Finalmente, recordó las palabras de Jesús: "La paz les doy, les dejo mi paz". Al respecto, aclaró: "La paz de Jesús no es ausencia de dificultades", sino que la paz que Jesús promete es "la seguridad de su cercanía, de su presencia, de su ayuda, el éxito final".

En ese sentido, y en el marco de un nuevo aniversario de la Patria, llamó a aplicar las enseñanzas del Evangelio en la sociedad argentina, donde se viven momentos difíciles, y animó a resolver las dificultades y los enfrentamientos "a través del encuentro, a través del diálogo, a través de la colaboración", preguntándonos "¿Qué puedo hacer yo por mi país?".+