Jueves 14 de noviembre de 2024

Mons. Díaz invitó a volver la mirada al Señor en medio de las tempestades

  • 15 de agosto, 2023
  • Concepción (Tucumán) (AICA)
"Lo que nos da certeza y seguridad es la presencia del Señor y para eso necesitamos volver a anclar a la Iglesia en Él", recordó el obispo de Concepción al celebrar los 60 años de la diócesis.
Doná a AICA.org

El obispo de Concepción, monseñor José Antonio Díaz, presidió la misa por los 60 años de esta jurisdicción eclesiástica de la provincia de Tucumán en la catedral local. Concelebraron el obispo emérito de la diócesis, monseñor José María Rossi OP, monseñor José Ignacio Herrera, quien acaba de cumplir 65 años de sacerdocio, y el presbítero Juan Rodolfo Apud, párroco de Nuestra Señora de Fátima.

Todas las parroquias celebraron esta solemnidad en sus jurisdicciones. En la catedral Inmaculada Concepción, cuyo párroco y vicario diocesano es el presbítero Fabián Brito, la comunidad realizó una novena. Además, se hizo una exposición de stands de instituciones parroquiales en plaza Mitre, frente al templo catedralicio.

En la víspera se realizó una procesión y un festival esperando la medianoche. El padre Herrera, de 88 años, hizo repicar las campanas. Se cantó el "cumpleaños feliz" y se apagaron velitas de una gran torta que se compartió con los fieles.

En su homilía, monseñor Díaz reflexionó sobre el miedo, que lleva a buscar el rostro de Dios: “Invocamos a Dios para que nos ayude, buscando desde la súplica, el auxilio divino”, afirmó, y así "encontramos serenidad y paz en medio de esa agitación de miedos que experimentamos".

También se refirió a una mirada distinta respecto del modo que Dios tiene de obrar en cada persona: “Se manifiesta en un contexto de silencio que invita a la escucha, no al aturdimiento, sino a dejarnos conducir por su presencia serena, profunda”.

“Ese silencio que acompañó a los místicos a lo largo de la historia en medio de la noche oscura, en medio de situaciones de adversidad que invitaban a la contemplación y a la oración. No a salir a guerrear, sino a descubrir el rostro de Dios”, añadió, destacando que “ese rostro de Dios nos da la seguridad de un Dios sereno, de un Dios que sutilmente nos habla y nos conduce desde la interioridad”.

Haciendo referencia al Evangelio, señaló que también “nosotros como diócesis en medio de las tempestades que nos tocan vivir, necesitamos volver la mirada al Señor”.

“En medio de la tempestad muchas veces depositamos la mirada en la tormenta y no en el Señor. Entonces es cuando empezamos a dejar que el miedo nos gane”, advirtió. Por eso, invitó a “recordar que, en medio de la tempestad, la Iglesia no solo permaneció de pie, sino que logró superar los obstáculos que se presentaban. Lo que cuenta, es que el Señor está. Si Él está, no hace falta más”.

Siempre en el contexto de situaciones de adversidad, el obispo aconsejó "volver la mirada al Señor" y reiteró: "Necesitamos recuperar la serenidad y la profundidad en la mirada, que nos haga sentir que verdaderamente el Señor está en medio de nosotros”.

A su vez, señaló que en la actualidad hay formas de pensar y de vivir particularmente sutiles que van penetrando en cada persona y las van convirtiendo -no hacia Dios- sino hacia una especie de cultura del rechazo de los valores cristianos. Y esto, impulsado desde los espacios de mayor poder en el mundo.  

En ese sentido, invitó a recordar “que hemos sido llamados para ser comunidad orante”, que pueda “percibir la presencia del Señor que nos da su paz, que nos da su calma y sobre todo que nos envía nuevamente a echar las redes”.

“Lo que nos da certeza y seguridad es la presencia del Señor y para eso necesitamos volver a anclar a la Iglesia en Él”, concluyó.+