Mons. Díaz: "El camino de la liberación pasa por el anuncio del Evangelio"
- 15 de noviembre, 2022
- Concepción (Tucumán) (AICA)
La peregrinación nacional contra la droga pasó por la diócesis de Concepción de Tucumán, donde hubo una multitudinaria misa presidida por el obispo. Fue declarada de interés municipal.
La marcha nacional organizada por los Hogares de Cristo, que lleva el lema #NiUnPibeMenosPorLaDroga y recorre desde agosto las provincias argentinas con la Virgen de Luján a la cabeza, llegó este 12 de noviembre a Concepción de Tucumán.
La visita fue declarada "de interés municipal" por el intendente Alejandro J. Molinuevo, quien hizo entrega de una copia del decreto al vicario general de la diócesis de la Santísima Concepción, el presbítero Fabián Brito, y a la comitiva que acompaña a la Virgen.
Monseñor José Antonio Díaz, el obispo de Concepción, presidió la celebración, de la que participaron miembros de los centros barriales, vecinos y demás miembros de la comunidad, que se acercaron a saludar a la Virgen en su paso por la diócesis.
En su homilía, el prelado agradeció la presencia de “estos jóvenes, que nos vienen regando con su esperanza, con su testimonio de vida”. “Esta experiencia de los hogares de Cristo es una experiencia de liberación”, anunció, y explicó que todos necesitamos experiencias de liberación, “porque nos vamos apegando a determinadas cuestiones que nos esclavizan”.
Monseñor Díaz añadió que la liberación “tiene que ver con un camino comunitario, no puede hacerse de un modo individual” y, dirigiéndose a los peregrinos, les dijo: “Habrán notado que cuando lo intentan solos no se puede, hace falta hacerlo en comunidad. Por eso la importancia de peregrinar juntos, caminar juntos, dialogar, encontrarnos”.
“La peregrinación que están haciendo está como ´enlazando´ a todo el país, haciendo notar que en realidad el camino de la liberación pasa por el anuncio del Evangelio”, sostuvo el obispo, y añadió: “Cuando nosotros salimos, cuando no nos quedamos, cuando abrimos las puertas, cuando experimentamos una Iglesia que sale y afronta los problemas, que anuncia, entonces ya comenzamos nosotros a experimentar esa liberación”.
El obispo explicó que el Señor nos pone de frente a lo definitivo, para darle sentido al presente: “El ´hoy´ tiene sentido solo en la medida en que ese final, ese momento definitivo, sea un momento glorioso, donde demos gloria a Dios por toda la obra que está llevando a cabo en nosotros”. A su vez, reveló que “todo ese camino de liberación lo hace Dios en nosotros y lo hacemos nosotros en Dios, porque ese camino es un camino dialogal entre Dios y nosotros. Él trabaja mediante la acción de su Espíritu y nosotros nos dejamos guiar por Él”.
También animó a los peregrinos a “nunca dejar de trabajar”, y puso como ejemplo a san Benito, para quien orar y trabajar fueron dos cosas que iban unidas, de la mano. “En el esfuerzo cotidiano del trabajo vamos mirando la acción de Dios y nuestra acción”, contó el prelado, y llamó a hacer las cosas como si todo dependiera de nosotros, pero sabiendo que todo depende de Dios.
Siguiendo con la temática del trabajo, explicó que “está relacionado con la perseverancia, con la constancia. Si no perseveramos no vamos a poder desplegar el potencial humano que Dios ha puesto en cada uno de nosotros”.
A su vez, el obispo de Concepción criticó “una cultura a la que le gusta lo fácil y no le gusta el esfuerzo”, y añadió: “Solo mediante el esfuerzo, el sacrificio, la constancia, vamos a poder trabajar y liberarnos de todo aquello que no nos permite crecer”. “Sin esfuerzo, no hay liberación; sin trabajo, no hay desarrollo humano; no puede haber desarrollo humano sin esfuerzo y sin trabajo”, agregó.
“Vale la pena pensar en adoptar un estilo de vida que esté marcado por la oración y por el trabajo, que son claves no solo para personas que quieren despegarse de alguna adicción sino para cualquier expectativa de crecimiento según la voluntad de Dios”, expresó, haciendo hincapié en que solo Dios puede desplegar nuestro potencial humano, pero ayudado por nuestro esfuerzo cotidiano.
Alentó a los presentes a hacer ese trabajo “con amor, con confianza, con esfuerzo cotidiano, con espiritualidad, pero sobre todo caracterizado por ese espíritu de servicio que Jesús realizó mediante el lavatorio de los pies”, y subrayó que “la esencia de la caridad es considerar al otro como superior a mí”.
“El sentido del hogar de cristo es lavarnos los pies los unos a los otros. Ayudarnos a ser mejores, dignificar a la persona, devolverle su dignidad, que pudo haber sido opacada por algún tipo de adhesión inapropiada”, concluyó; y recordó que, con la peregrinación, se están celebrando 15 años de la creación del movimiento, que comenzó con el entonces cardenal Bergoglio, quien lo lanzó mediante el lavatorio de los pies.
Ese mismo gesto se actualizó durante la misa, luego de la homilía, con el lavatorio de los pies a algunos miembros de los centros barriales que participaron de la peregrinación.
Al finalizar la eucaristía, tomó la palabra Lorena, perteneciente al hogar de Cristo Madre Teresa. “Yo soy adicta en recuperación y, gracias a los hogares de Cristo, que me abrieron las puertas, hoy puedo estar acá y contarlo”, expresó, y agregó que su enseñanza principal fue “saber que nadie se salva solo. Yo creo eso”. También contó que, así como ella recibió ayuda, también desea “ayudar a muchos chicos más”.
Víctor, también perteneciente al equipo de acompañantes del hogar de Cristo san José, de La Matanza, agradeció a la comunidad que los recibió, sin los cuales “no hubiera sido posible que estemos acá”. “Vamos a seguir esta caravana nacional y, en comunidad, demostrar que todos juntos podemos, porque solo no se salva nadie”, explicó.
Además, expresó su deseo de contagiar “la alegría de vivir y de servir”, y finalizó con la frase de la Madre Teresa: “El que no vive para servir no sirve para vivir”.+