Mons. Colombo: 'El perdón, punto de partida para reconciliarse y reconciliar'
- 20 de septiembre, 2023
- Mendoza (AICA)
El arzobispo de Mendoza también alentó a "perdonar siempre" para que la familia no esté atravesada por rencillas y enfrentamientos permanentes y para que las sociedades "no se vuelvan cuevas de odio".
Monseñor Marcelo Colombo, celebró la Eucaristía desde la capilla Dulce Nombre de María, de la localidad mendocina de Russell, durante la que recordó que “el dolor asumido cristianamente nos lleva a superar el rencor; el dolor asumido cristianamente nos invita a dejar de lado lo acontecido, para no ser rehenes, para no seguir siendo víctimas de lo que nos agravia”.
“Frente a Dios, todos somos pecadores; pero, además, frente a Dios también nosotros podemos reconocer que necesitamos aprender de cómo perdonar y de cómo dejar pasar”, agregó y, citando expresiones populares, reflexionó: “Hay que ‘saber cerrar un ojo’, o ‘tragarse un sapo’, para no vivir apesadumbrados permanentemente o no vivir como víctimas de esos sentimientos que nos debilitan”.
El arzobispo mendocino invitó a pensar que “transitamos buena parte de nuestra existencia mascullando rencores y broncas, que nunca logramos sacar afuera, sobre los que nunca logramos dialogar, a los que nunca logramos llevar al plano del perdón”.
“Si a esto sumamos cuántas veces se ha malogrado, menospreciado, mal utilizado la palabra Reconciliación, tenemos un cóctel peligroso”, advirtió, y agregó: “Los temas necesitan ser charlados y no siempre se puede; no siempre logramos establecer esa conexión o ese diálogo con las personas que nos han agraviado”
“Por eso, el perdón como punto de partida para un corazón que necesita reconciliarse y reconciliar, es necesario. Más allá de que podamos olvidar en lo inmediato el agravio sucedido; para eso necesitamos pedirle una mano a Dios, para eso necesitamos, muchas veces, animarnos a comenzar de nuevo”, sostuvo.
Monseñor Colombo destacó que “perdonar es para los cristianos una posibilidad de sobrevivir al agravio; pero no de cualquier manera, sino con un corazón entero, con un corazón puesto en el seguimiento de Cristo; más allá de que podamos dialogar o establecer un canal de reconciliación plena con aquellos que nos han ofendido”.
“Perdonar siempre, para que nuestro corazón no sea rehén de la bronca, para que nuestra familia no esté atravesada por rencillas y enfrentamientos permanentes, para que nuestras sociedades no se vuelvan espacios, cuevas de odios de unos contra otros”, detalló.
“Perdonar y animarnos a caminar, y a transitar espacios donde podamos encontrarnos, liberados de rencores y sentimientos que nos tiren para abajo. Más allá de lo que después, en otros modos y momentos, requiere el ejercicio de la Justicia, de los tribunales o del diálogo, cuando eso se puede lograr entre las personas capaces de alcanzarlo de una manera plena. Jesús nos enseña a perdonar, Él se erige en el camino del perdón para nosotros y nos propone una vida en dignidad, donde seamos capaces de saber también pedirle perdón a Él y saber pedir perdón cuando hemos ofendido”, concluyó.+