Mons. Canecín destacó el ejemplo de confianza y entrega en la fe de los niños
- 7 de marzo, 2025
- Goya (Corrientes) (AICA)
El obispo de Goya encabezó la celebración del Miércoles de Ceniza, destacando la importancia de la conversión, la sinodalidad y la esperanza en este tiempo de preparación para la Pascua.

El obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecin, presidió el 5 de marzo la misa del Miércoles de Ceniza en la catedral Nuestra Señora del Rosario, declarado templo jubilar en el Año de la Esperanza. "La cuaresma nos prepara para vivir el misterio central de nuestra fe", destacó el prelado, planteando tres llamados a la conversión: como peregrinos, en la sinodalidad y, la esperanza.
En su homilía, monseñor Canecin aseguró: "Iniciamos con toda la Iglesia este tiempo fuerte y especial, la Cuaresma, que nos prepara para vivir el misterio central de nuestra fe, la Pascua".
Destacando la participación de los niños en esa celebración eucarística, recordó la invitación a hacerse como niños para entrar en el Reino de los Cielos: "Que la presencia de los niños nos ayude a todos a tener muy presente en esta Cuaresma, para ver, si podemos recuperar tener el corazón de un niño, un corazón confiado, capaz de abandonarse en las manos de nuestro Dios".
"Que podamos iniciar hoy un camino de verdadera conversión", pidió, e instó a tener muy presente esta expresión: "Que no sea de angaú (mentiras en guaraní). Cada uno sabrá aplicarlo a su propia vida y afrontar con la penitencia la lucha contra el espíritu del mal", expresó.
El obispo de Goya pidió a los feligreses ofrecer la misa por el Papa Francisco, y detalló: "Por su vida, su salud, por su ministerio y por su intención. Tengamos una profunda gratitud por lo que Dios ya nos ha regalado en la vida y en el ministerio del Santo Padre".
El prelado subrayó que la Palabra de Dios invita a "volver a aquel de la cual salimos y de la que quizás nos apartamos" y animó a tener en cuenta el Evangelio, que presenta los medios para volver: "La oración, el ayuno-conversión y la limosna-caridad".
Por último, insistió en vivir "este camino juntos en la esperanza de una promesa, la esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5), mensaje central del Jubileo. Que sea para nosotros el horizonte del camino cuaresmal hacia la victoria pascual".+