Mons. Barba presidió las fiestas patronales en La Toma
- 13 de agosto, 2020
- La Toma (San Luis)
El obispo de San Luis, monseñor Gabriel Bernardo Barba, presidió el 8 de agosto la misa en honor de Santo Domingo de Guzmán en la ciudad de La Toma.
Con una misa presidida por el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Bernardo Barba, la comunidad de La Toma celebró el 8 de agosto a su patrono, Santo Domingo de Guzmán.
Las fiestas patronales comenzaron con el rezo de la Novena, que se desarrolló desde el 30 de julio al 7 de agosto. Antes de la celebración central, fue bendecido un mural con la imagen de la Virgen y de Santo Domingo.
En la festividad estuvieron presentes el intendente municipal, Ernesto Alí, el jefe de la Policía de la Unidad Regional N° 6 de La Toma, comisario general Walter Contreras, y la diputada provincial Norma Moreno, entre otras autoridades.
En su homilía, monseñor Barba destacó: “La sabiduría de Dios y los valores del Reino superan muchas veces lo cotidiano, humanamente, nuestro pensamiento”. En ese sentido, agregó: “La sabiduría de Dios supera la sabiduría de los hombres y nos enseña a ser sabios de verdad. Jesús nos llama siempre a un paso más sabios, usando este concepto que es vivir, dejar guiarnos por los caminos de Dios, por los misterios de Dios”.
Más adelante, afirmó: “Los santos, justamente lo que han logrado en su vida cotidiana, es aprender a leer la realidad con la luz del Evangelio”.
“En el año 1170 cuando vivía Santo Domingo, había una historia, un tiempo, una cultura, una realidad que seguramente debe ser muy distinta a la que vivimos nosotros”, consideró, y destacó que “aquel carisma que inspiró Dios en su llamada a Santo Domingo es el que nosotros tenemos que aprender hoy a aplicar y a poner en práctica en nuestra realidad. Encontrar la sabiduría de Dios, hoy”.
Por otra parte, señaló que en estos días los templos están vacíos y las celebraciones, cuando nos permiten, debemos hacerlas con poca gente. “Sin embargo, la solidez de la Iglesia, la presencia de la Iglesia, los cimientos de la Iglesia, estoy seguro que están más sólidos que nunca”, reflexionó.
Ante las dificultades y situaciones que generan incertidumbre, el prelado indagó: “¿Cuál es la fortaleza de este tiempo?: la iglesia doméstica. Cerramos nuestros templos, pero se abren las puertas de nuestra iglesia doméstica”, afirmó.
“A veces pareciera que cuando se nos cambian las estructuras, decimos: y ahora ¿Qué hacemos?, ¿Cómo vamos a hacer? ¿Y cómo lo vamos a lograr?”, planteó. “La Iglesia de la que formamos parte, es una nave que hace 2000 mil años, Jesús puso a navegar”, señaló al respecto, por lo que hay formas que se van modificando y hay que adaptarse a las circunstancias. En esa línea, destacó que la Iglesia navega en medio de los tiempos, en medio de la sociedad “Y tenemos que aprender nuestra fe, sobre todo para transmitirla a las nuevas generaciones”.
Sobre los niños y los jóvenes que hoy están viviendo esta fe en familia, manifestó: “Estoy seguro que este tiempo va a quedar muy grabado en sus corazones, donde después de tantos años volvieron a rezar juntos”.
Por último, el prelado compartió un breve texto de Santo Domingo, que pertenece a la Orden de los Predicadores y destacó: “La vida de Santo Domingo era tan virtuosa que todos veían en él un instrumento de gracia divina”.
Por otra parte, resaltó que el santo “era un hombre de Dios, con la sencillez y la alegría”, y animó a preguntarse: “¿Vivimos nuestra fe con alegría?, ¿Somos testigos de esta alegría? La alegría es esperanza en medio de las dificultades”, aseguró.
“La fe de Santo Domingo era muy efectiva y era muy estudioso de las Sagradas Escrituras”, recordó el obispo, considerando que estas deben formar parte de nuestra vida y de la familia.
Finalmente, el prelado instó a “que podamos vivir como Santo Domingo, una fe verdaderamente efectiva, que transforme nuestra vida y también las de las demás”.
El párroco del lugar, presbítero Ignacio Lucero, agradeció al Santo Patrono de la parroquia, a monseñor Barba por acompañarlos en estas fiestas patronales, a las autoridades presentes y a los fieles que colaboraron con mucho esfuerzo, sacrificio, y paciencia. Seguidamente, el prelado dio la bendición final a los fieles presentes.
Luego de la misa se realizó una caravana en autos, encabezada por la imagen de Santo Domingo. Al finalizar, se le entregó un presente al obispo de parte de la intendencia municipal.+