Mons. Azpiroz Costa: 'La democracia implica integración de todos'
- 10 de julio, 2024
- Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de Bahía Blanca presidió el Tedeum del 9 de julio en la catedral y llamó a edificar una casa sobre roca, "porque nadie quiere vivir para siempre en una carpa de lona".
El arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Azpiroz Costa OP, presidió en la catedral arquidiocesana el Tedeum por el 9 de julio.
Acompañaron al prelado el rector de la catedral, presbítero Luciano Guardia, y el vicario general de la arquidiócesis, presbítero Luciano Cardozo. Asistieron también el intendente local, Federico Susbielles, la presidenta del Concejo Deliberante, María Teresa Gonard, y otras autoridades municipales y militares, además de numerosos fieles.
"Hoy nos convoca el Día de la Independencia para reflexionar, a la luz de la Palabra, acerca de la elección sobre cómo queremos construir, si sobre roca o arena. Sí hacemos memoria recordando, pero no alcanza con la inteligencia artificial o la memoria de los datos; memoria es recordar y volver a poner en el corazón. Si no se ponen en el corazón todas estas cosas, estos 208 años que no han corrido en vano, no hacemos memoria con mayúscula", señaló Mons. Azpiroz.
"También -dijo-, no solo miramos el pasado con la fe, recordando a la luz de Dios, fuente de toda razón y justicia, como reza el prólogo de nuestra Constitución, sino que en el presente nos queremos comprometer con el amor, porque si bien buscamos la justicia, nos damos cuenta de que la justicia no alcanza. Si la justicia es, según los clásicos romanos, dar a cada uno lo suyo, cómo vamos a pagar a Dios todo el bien que nos hizo y a quienes nos precedieron, hombres y mujeres de esta patria, que nos regalaron esta herencia: es imposible".
"Por eso, se habla de una virtud especial y que es la que reina en este día: la piedad. La piedad no es lástima, sino es darse cuenta de que uno no puede pagar a los que nos precedieron, incluso a Dios, todo lo que nos han dejado como legado", enfatizó.
Y resaltó: "La justicia no alcanza, porque queda delante de nosotros el gran desafío de la reconciliación, para no quedarnos empantanados en el rencor, el resentimiento y la revancha.
Estamos aquí porque alimentamos nuestra esperanza. No alcanza con esperanza de si pasa el colectivo o el tren, no basta con tener expectativas de si viene una buena o una mala cosecha, sino que la esperanza con mayúscula mira al futuro de otra manera".
El arzobispo bahiense señaló que Jesús "enseñaba a sus discípulos sobre la importancia del hacer por encima del decir. No se trata de recitar y después no cumplir. Allí se abren las aguas divisorias entre el sabio y el necio, el sensato y el insensato".
"Díganme si en el corazón de todo argentino, o todo habitante de buena voluntad que quiera vivir en esta patria, se quiere tener tierra, techo y trabajo. Pero una casa construida sobre roca, porque nadie quiere vivir para siempre en una carpa de lona. Esto es un mensaje para saber dónde nos apoyamos, de dónde venimos y dónde encontrar nuestra solidez", exclamó.
Finalmente, llamó a "restaurar y renovar esta casa común, no en la ruptura sino en la continuidad. La democracia implica integración de todos y urge recrear la conciencia del bien común".+