Jueves 14 de noviembre de 2024

Los seminaristas de Venado Tuerto iniciaron el 2021 con un encuentro fraterno

  • 3 de marzo, 2021
  • Venado Tuerto (Santa Fe) (AICA)
Acompañados por el obispo, monseñor Gustavo Help, y el obispo coadjutor, monseñor Han Lim Moon, y sacerdotes de la diócesis, los seminaristas de Venado Tuerto compartieron una jornada recreativa.
Doná a AICA.org

En el comienzo de un nuevo año de formación, los seis seminaristas que se preparan para el sacerdocio en la diócesis de Venado Tuerto, junto con los nuevos ingresantes al curso introductorio, participaron el 23 de febrero de una jornada recreativa al aire libre.

Acompañaron a los jóvenes el obispo de Venado Tuerto, monseñor Gustavo Arturo Help; su obispo coadjutor, monseñor Han Lim Moon, y cuatro sacerdotes de la diócesis que los acompañan en su formación.

En diálogo con AICA, el seminarista Tomás Cacciagiu, que cursa el tercer año de Filosofía, compartió algunos detalles del encuentro.

“Todos los veranos nos juntamos, en las vacaciones, para hacer estos encuentros o convivencias entre los sacerdotes que nos acompañan, que son cuatro, el obispo y los seminaristas”, explicó. “El fin del encuentro es compartir, crear lazos de fraternidad, hermandad y amistad desde el seminario, ya que si Dios quiere, el día de mañana vamos a compartir el presbiterio. Si bien nosotros compartimos el seminario, estar en un lugar más distendido, en este caso en una quinta, es diferente”, expresó.

“Aprovechando el año de San José, leímos algunos puntos de la carta Patris Corde, que escribió Francisco, para reflexionar sobre la vida de San José, ya que el sacerdote tiene mucho que imitar de él. Luego pusimos en común lo que a cada uno le había llegado al corazón. Fue muy lindo porque en cada uno suscitaba cosas diferentes e interesantes”, relató el seminarista.

En lo personal, reconoció: “Estos encuentros me generan mucha esperanza para ver, el día de mañana, un clero unido, que se ayuda, que está dispuesto a tenderle una mano al otro, y eso lo comenzamos hoy, desde el seminario, y estos encuentros ayudan mucho a estar pendiente de lo que al otro le pasa, acompañarlo, rezar por él, y también compartir la vida y los pequeños gestos cotidianos de todos los días”.+