Viernes 15 de noviembre de 2024

Los obispos de Tucumán instaron a seguir el legado luminoso de Esquiú

  • 8 de septiembre, 2021
  • San Miguel de Tucumán (AICA)
Los obispos de las diócesis que integran la provincia de Tucumán se dirigieron a los fieles con una carta en ocasión de la beatificación de fray Mamerto Esquiú, celebrada este fin de semana.
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El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Alberto Sánchez, su obispo auxiliar, monseñor Roberto José Ferrari; y el obispo de Concepción, monseñor José Antonio Díaz, enviaron un mensaje a la comunidad con motivo de la beatificación de fray Mamerto Esquiú.

"Queridos tucumanos, como pastores de las iglesias de Concepción y Tucumán, llenos de alegría, damos gracias a Dios por el regalo de la beatificación de fray Mamerto Esquiú", expresaron. "El beato Mamerto Esquiú es hijo de esta tierra norteña y, como hijo de Dios, lo amó y buscó siempre hacer su voluntad. Ese amor a Dios lo llevó consecuentemente a amar a los hermanos especialmente a los más necesitados, consagrando su vida como sacerdote franciscano y obispo", detallaron.

"El padre Esquiú fue pastor entregado a su pueblo, como Jesús, peregrino y misionero incansable, respondió con entrega y fidelidad al designio amoroso de Dios asumiendo las realidades de su época iluminándolas con la alegría del Evangelio", añadieron.

"En su corazón de argentino, cristiano, sacerdote y obispo, experimentó un profundo amor por la Patria y por todos los hermanos, pero también el dolor por los enfrentamientos, divisiones, las luchas internas por intereses mezquinos, egoístas, ambiciosos y soberbios de sus compatriotas".

"Hoy queremos escuchar a Dios ¿qué nos dice ante el regalo de la beatificación de Mamerto Esquiú? ¿Cuál es el legado luminoso que nos regala Dios a través de la vida y el ministerio del nuevo Beato?", plantearon. "Es un profundo llamado a la unidad, es un llamado a la fraternidad, al diálogo, al encuentro de los argentinos", aseguraron.

"La fe de una mamá, de un matrimonio, de padres angustiados por la enfermedad de su bebita enferma, le arrancó a Jesús, el milagro de la curación por la intercesión de fray Mamerto Esquiú. Este milagro posibilitó dicha beatificación", explicaron, e invitaron a "invocar al Señor en este momento doloroso, difícil, angustioso, de grandes y graves sufrimientos, injusticias y necesidades que vive nuestro pueblo". "Clamemos al Señor para arrancarle el milagro de nuestra conversión, de la concordia, de la paz, de la unidad y del encuentro de los tucumanos y de los argentinos", rogaron.

"Que Dios los bendiga infinitamente, María Inmaculada de la Merced los acompañe y bajo la intercesión del beato Mamerto Esquiú podamos encontrar caminos de unidad y de paz", concluyeron, impartiendo su bendición.+

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