Los jóvenes del NEA llevaron sus súplicas y esperanzas a la Virgen de Itatí
- 19 de septiembre, 2022
- Itatí (Corrientes) (AICA)
Una multitud, estimada en más de 300.000 personas, participó de la 43º edición de la Peregrinación Juvenil de la Región Nordeste Argentino. Presidió Mons. Andrés Stanovnik y predicó Mons. Hugo Barbaro
Más de 300.000 personas participaron de la 43º edición de la Peregrinación Juvenil de la Región Nordeste Argentino (NEA) a la basílica de Nuestra Señora de Itatí que, tras dos años suspendida por la pandemia de coronavirus, llevó por lema "Junto a María nos volvemos a encontrar como Iglesia sinodal".
La marcha juvenil reunió a delegaciones parroquiales de las arquidiócesis de Corrientes y Resistencia, y de las diócesis de Formosa, Goya, Oberá, Posadas, Puerto Iguazú, Reconquista, San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña y Santo Tomé.
Los correntinos salieron desde el empalme de la Ruta Nacional 12 y la avenida Libertad, de la capital provincial, y el mayor grupo de peregrinos llegó a la medianoche del sábado a Itatí.
En la misa central fue presidida por el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, y concelebraron monseñor Ramón Alfredo Dus (Resistencia) y los obispos José Vicente Conejero Gallego (Formosa), Juan Rubén Martínez (Posadas), Ángel José Macín (Reconquista), Adolfo Ramón Canecín (Goya) y Gustavo Alejandro Montini (Santo Tomé). La predicación estuvo a cargo del obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, monseñor Hugo Nicolás Barbaro, quien recordó que Dios quiere que los jóvenes “contagien a otros la riqueza espiritual del amor a Dios y a la Virgen que llevan en su corazón, tantos valores buenos que lucen en sus vidas”.
“Cuenta con ustedes para que metan todo ese bien en las familias, para que sean felices y se superen tantos sufrimientos, tantas crisis. Quiere Dios que sean protagonistas de un mundo más justo, de el mundo que soñó Dios, lleno de justicia, lleno de amor”, agregó.
El prelado les pidió a los jóvenes que se animen a “crecer en todo lo bueno que Dios quiere de vos, siempre con María”, señalando: “Donde estés podés influir y mucho, siendo como un foco de luz con el que Dios cuenta para que mejore ese pedacito de mundo que a vos te toca. Ser jóvenes es sinónimo de tener ilusiones grandes; déjate transformar por Dios, siempre con María”.
Monseñor Barbaro expresó su deseo de que esta peregrinación “sea no sólo un momento muy feliz en el año, sino un recomenzar con María un año distinto en el que nos llenemos de la riqueza que nos quiere dar Dios”.
“Me pongo en tus manos Madre, guíame para que siempre haga la Voluntad de Dios. Sos la causa de mi alegría, de mi paz, de todo. No desoigas nuestras súplicas, Madre, libranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita”, concluyó.
» Texto completo de la homilía
Manifiesto juvenil
La Pastoral de la Juventud del NEA leyó el tradicional manifiesto, en el que le dijeron a la Virgen que en sus mochilas de peregrinos traen los recuerdos de los jóvenes que están paralizados por el miedo, las adicciones, la violencia, el abandono, la desigualdad social, la crisis económica y política, las desilusiones y desesperanzas que no les permiten mirar al futuro con confianza”.
“Es por eso que caminamos cargados de esperanza, porque sabemos mamá, que no hay mejor lugar que en la protección de tus brazos”, expresaron dirigiéndose a la Virgen de Itatí.
“Escuchamos la realidad de nuestra región, clamamos por un lugar en la Iglesia, no queremos sentirnos usados como un trámite, queremos que nuestras opiniones sean tenidas en cuenta a la hora de tomar decisiones”, afirmaron, y pidieron que los acompañe en todo el proceso de la búsqueda vocacional, y en los aciertos y desaciertos.
Los jóvenes se autoproclaman soñadores, esperanzados y dispuestos a navegar contra corriente, y concluyen con una súplica: “Estamos aquí y en ti María, en tu rostro maternal, ante tu mirada tierna, serena y comprometedora adquirimos la certeza de que en vos se hizo realidad. A ti levantamos nuestros corazones. A ti clamamos y en tu Hijo Jesucristo que es el camino, la verdad y la vida, ponemos nuestra esperanza y nuestra juventud con el anhelo de volvernos a encontrar como Iglesia sinodal”.+