Las Iglesias de Oriente Medio condenan la 'agresión global' contra el Líbano
- 26 de septiembre, 2024
- Beirut (Líbano) (AICA)
El organismo ecuménico con sede en Beirut pidió a la comunidad internacional "una intervención inmediata y una condena clara de los crímenes de guerra contra civiles".
El Consejo de Iglesias de Oriente Medio (MECC), lamentó la actual escalada militar en El Líbano y pidió a la comunidad internacional "una intervención inmediata y una condena clara de los crímenes de guerra contra la población civil, incluido el bombardeo, la destrucción sistemática de infraestructuras, y la interrupción del suministro de alimentos y productos sanitarios".
En un comunicado, el organismo ecuménico con sede en Beirut advirtió que la escalada militar se ha convertido en "una agresión global contra diversas regiones libanesas, que provocó el sacrificio de miles de ciudadanos y el desplazamiento de cientos de miles de personas" del sur del país y del valle de la Bekaa.
Se trata -denuncian- de "crímenes" que "demuestran el desprecio de las fuerzas de agresión por los principios del derecho internacional, las normas de las Convenciones de Ginebra y todas las regulaciones que rigen los conflictos armados".
Ante la gravedad de los acontecimientos en el Líbano, el MECC celebró una reunión de emergencia de su secretaría general, presidida por el profesor cristiano ortodoxo libanés Michel Abs. Durante la reunión, los participantes elevaron oraciones por la paz y discutieron sobre las "medidas humanitarias urgentes y formas de apoyar a las familias afectadas".
Sin mencionar directamente al ejército israelí, el MECC condena "enérgicamente la matanza de inocentes, incluidos niños, mujeres, ancianos y otros civiles", y lamenta los ataques perpetrados por las fuerzas de agresión en áreas densamente pobladas, que en un solo día provocaron la muerte de unas 500 personas y el desplazamiento de cientos de miles.
Además, el comunicado solicita "protección internacional para los civiles, de manera que las organizaciones puedan proporcionar los suministros necesarios para garantizarles una vida digna". Durante la reunión, también se creó un grupo de trabajo para coordinar sobre el terreno las iniciativas de apoyo a las familias desplazadas.
"Todos vivimos una situación de angustia, dolor, rabia y miedo", explica el sacerdote maronita Rouphael Zgheib, director de las Obras Misionales Pontificias del Líbano y profesor de la Universidad Saint Joseph de los jesuitas, a la Agencia Fides. "La incertidumbre sobre lo que nos espera sobre pesa todo. No está claro quién puede detener esta violencia ni si los ataques son solo el comienzo".
Padre Rouphael Zgheib, director de las Obras Misionales Pontificias del Líbano
Los bombardeos israelíes tienen como objetivo presuntas bases del grupo chií Hezbolá, pero desde hace días golpearon también pequeños enclaves y pueblos chiíes en zonas habitadas mayoritariamente por cristianos. El padre Zgheib comentó a Fides que en la víspera "fue bombardeado el pequeño pueblo chií de Maaysra, en la zona de Keserwan, un área históricamente cristiana, a pocos kilómetros de la sede del Patriarcado maronita en Bkerké".
"Esta situación de incertidumbre -añadió el sacerdote- también está afectando los esfuerzos de ayuda a los desplazados y heridos. Los hospitales están desbordados y no preparados para tratar a la gran cantidad de personas heridas en el rostro y los ojos por estos explosivos improvisados. Se están abriendo iglesias y escuelas para acoger a los desplazados, y hay muchas iniciativas individuales de solidaridad con los cristianos y musulmanes que huyen del sur y de otras zonas afectadas. Sin embargo, esta solidaridad espontánea coexiste con sentimientos de desconfianza. La propaganda y la polarización política de los últimos años han alimentado las sospechas mutuas, y desencadenados ataques entre los distintos partidos, que se acusan mutuamente de 'traicionar al Líbano' y de ser un desastre para el país. La crisis económica también ha reducido la disposición a ayudar a los necesitados, lo que ha llevado a muchos a limitar su apoyo a miembros de su propia familia o grupo confesional", lamentó el padre Zgheib.+