La Virgen del Pilar símbolo de la "firmeza de la fe de los españoles"
- 12 de octubre, 2022
- Zaragoza (España) (AICA)
El nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito Auza, presidió la misa en la basílica de Nuestra Señora del Pilar, patrona de España, en el santuario de Zaragoza.
“Decir España es decir María”, reiteró este 12 de octubre, fiesta de Nuestra Señora del Pilar, el nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito Auza, al presidir hoy la celebración eucarística en el Altar Mayor de la basílica de Zaragoza en honor a la patrona de la Hispanidad, haciendo suyas las palabras pronunciadas por el papa san Juan Pablo II durante su visita al santuario mariano en 1984.
“Es todo un emblema la Madre de España, como reconocía Juan Pablo II que, haciendo escala en su viaje a Puerto Rico el 10 de octubre de 1984, y mirando a la preparación del V Centenario de la Evangelización del Nuevo Mundo, quiso venir para agradecer a la Iglesia española la ingente labor de evangelización llevada a cabo en todo el mundo, especialmente en el continente americano y Filipinas”, recordó el nuncio.
En este punto, monseñor Auza evocó sus orígenes en Filipinas, donde fue educado en la fe por misioneros españoles, motivo por el que el recuerdo de aquella visita del papa polaco a la capital aragonesa recobra un sentido especial: “Gracias a la Iglesia de España en este día de la Hispanidad, solemnidad de la Virgen del Pilar”, recalcó.
Al respecto, recordó el representante del Papa en España, que dos años antes, al 6 de noviembre de 1982, Karol Wojtyla reconocía también uno de los aspectos característicos de la evangelización en España: su vinculación a la figura de María.
“Por medio de ella, de diferentes formas de piedad, llegó a muchos cristianos del mundo la fe en Cristo. En su discurso, Juan Pablo II afirmó que el Pilar de Zaragoza simbolizaba la firmeza de la fe de los españoles en su amor a la Virgen María. Decir España es decir María”, manifestó el nuncio apostólico en la homilía, haciendo suyas las palabras del pontífice polaco.
Por otro lado, monseñor Bernardito Auza hizo especial mención a los que se encuentran en dificultades, situaciones de dolor o “pasando por tribulaciones e incomprensiones de la vida”. Por todos ellos oró el nuncio a la Virgen María, para que “experimenten la confianza en nuestra Madre”.
En este sentido, continuó haciendo hincapié en la vinculación entre la figura de María y el pueblo español, gracias a la cual, asegura se difundió “la veneración de la fe en Dios en todo el mundo gracias a la evangelización de miles de misioneros”.
“La razón de esta profunda vinculación es porque con sentido de fe sobrenatural, consideramos a María como el mayor bien que cabe después de Dios. María es un bien, una madre es siempre un bien, un bien que a nadie deja indiferente. Una madre despierta el respeto, suscita la admiración, se impone el reconocimiento. Por eso el pueblo cristiano siente la fascinación de la Virgen llamándole vida, dulzura y esperanza nuestra”, agregó.
Ante la presencia de la Virgen en nuestra cultura, monseñor Auza pidió a los fieles encomendarse a ella en estos tiempos difíciles y los retos del futuro: “Siempre hay desafío, pero la fe se abre camino en medio de las dificultades, porque por la fe creemos en la bondad del hombre, porque el hombre es imagen de Dios bueno. Donde hay fe en el hombre, no tenemos motivos para el desaliento. Creer en la bondad del hombre nos fortalece frente a determinadas ideologías que se nos proponen, reforzando la creencia de la dignidad humana como imagen de Dios”, concluyó.+