La Pastoral Familiar de la región NEA se reunió en Corrientes
- 28 de mayo, 2019
- San Carlos (Corrientes)
Con el lema "Anunciemos con alegría el camino del discernimiento hacia la santidad familiar", los días 17, 18 y 19 de mayo se realizó en la casa de retiros Santa Catalina, de la localidad de San Carlos, de la diócesis de Santo Tomé, el Encuentro Regional de Pastoral Familiar del NEA.
Asistieron delegados de las arquidiócesis de Resistencia y Corrientes, y de las diócesis de Iguazú, Oberá, Posadas, Goya y Santo Tomé. Representó al Secretariado Nacional para la Familia el secretario, Cristián Sacheri, quien se refirió a las conclusiones de la última Junta Nacional.
Acompañaron a los matrimonios delegados monseñor Damián Bitar, obispo de Oberá y delegado episcopal de la región NEA para temas de familia; monseñor Gustavo Montini, obispo de Santo Tomé; el padre Jorge Espíndola, asesor de Santo Tomé, y la hermana Graciela Firpo, asesora de Goya.
En la noche del viernes 17, motivado por el discurso del Santo Padre a las Familias en el encuentro mundial en Irlanda en 2018, monseñor Damián Bitar orientó una reflexión sobre la importancia de que "cada familia sea un faro que irradie la alegría de su amor en el mundo".
En la mañana del sábado 18, amplió la temática refiriéndose a la exhortación "Gaudete et exsultate" del papa Francisco, analizando la necesidad de un compromiso con el llamado a la santidad, vocación propia de todo bautizado, señalando también la importancia de los pequeños detalles de la vida cotidiana comunitaria -familia, parroquia, comunidad religiosa- que impulsan y permiten crecer en santidad.
Cerrando la mañana, los presentes compartieron la Eucaristía, presidida por monseñor Gustavo Montini, quien a la tarde, sustentado en la exhortación postsinodal "Christus vivit" y "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional", documento final del sínodo sobre los jóvenes, abordó el tema: "Qué es el discernimiento vocacional".
El prelado puso énfasis en el sentido amplio de la pastoral vocacional que lleva a descubrir qué quiere Dios para cada momento de nuestras vidas y destacó la importancia de la sinodalidad de la Iglesia para hacer posible el discernimiento. Luego orientó a considerar en grupos de qué modo la familia y la comunidad pueden generar un clima que propicie esta actitud de discernimiento y de qué manera favorecer la formación de las conciencias.
En dos momentos del sábado 18, los delegados expusieron una síntesis de la actividad realizada en las distintas diócesis, refiriéndose también a los desafíos que se les presentan para llevar adelante el trabajo pastoral. En esta ocasión, los informes se centraron en las actividades concretas en torno al eje del acompañamiento sugerido por el papa Francisco en "Amoris Laetitia", en lo que respecta a preparación al matrimonio, los primeros años de vida matrimonial, parejas en nueva unión, jóvenes, adultos mayores y situaciones de fragilidad como las adicciones. Un espacio especial tuvo el movimiento Vida Ascendente, que explicó su carisma y modalidad de trabajo con adultos mayores.
Al finalizar la actividad del sábado, se vivió un momento intenso en la adoración eucarística, que permitió el recogimiento y el encuentro íntimo con Jesús.
Las actividades del domingo 19 se iniciaron con la celebración de la misa presidida por monseñor Damián Bitar y concelebrada por el padre Jorge Espíndola. En su homilía, el obispo Damián recordó que la Eucaristía es una audiencia personal con Cristo resucitado, quien como el Buen Pastor y el Pan de Vida nos invita a ser revolucionarios de la misericordia, de la ternura y de la caridad, y quien nos dejó a su Madre para que nos consuele, anime y sostenga. Antes de la bendición se entregó a cada diócesis una cruz y la figura de la sagrada familia como recordatorio de la misión de la Pastoral Familiar.
En el momento de formación se abordó el tema "El valor de la vida" con la exposición desde una perspectiva teológica, jurídica y antropológica de los panelistas presbítero magíster Ariel Fernando Manavella, doctor César Schipul y licenciado Juan Agustín Pérez Campos. El panel suscitó preguntas e inquietudes, quedando el propósito de profundizar el tema.
Se concluyó con una reflexión acerca de la necesidad de ser servidores dispuestos y abiertos para discernir y realizar la voluntad de Dios en las tareas pastorales que suscite el Espíritu Santo.