La Iglesia en San Rafael celebró las nuevas vocaciones sacerdotales
- 24 de abril, 2024
- San Rafael (Mendoza) (AICA)
En la jornada del Buen Pastor, el obispo local, Mons. Domínguez, admitió a las Sagradas Órdenes a dos jóvenes, le confirió el acolitado a un seminarista y el lectorado, a otros tres.
En el marco de la Jornada de Jesús Buen Pastor, el obispo de San Rafael, monseñor Carlos Domínguez OAR, presidió la Eucaristía en la catedral diocesana, donde los seminaristas Gino Catania y Martín Barotto fueron admitidos a las sagradas órdenes; mientras que a Maximiliano Martínez le fue conferido el acolitado y a Tomás Campi, Éric Méndez y Gabriel Lazo, el lectorado.
En la homilía, el prelado los invitó a ser pastores buenos y deseó que puedan “dar la vida por el pueblo, que lo amen profundamente y que se llenen mucho de Dios, porque, de lo contrario, no van a poder dar lo que no tienen”.
Dirigiéndose a Catania y Barotto, les recordó que “ahora son oficialmente seminaristas, porque la Iglesia los ha admitido, y los ha admitido, porque los que los acompañan en el camino de su formación han visto en ustedes aptitudes para poder llegar a recibir el sacramento del orden sagrado”.
“Gino y Martín, yo lo que les pido y a lo que los invito es que este camino sacerdotal tenga como fundamento la persona de Jesús, no solamente el prepararse para ser sacerdotes, sino, fundamentalmente, en una relación con Jesús, en un diálogo diario e íntimo a través de la oración, que se sientan fascinados con su persona, con su mensaje, que sepan que siempre Él los mira, no como un vigilante, sino para atraerlos a su corazón, al corazón del Buen Pastor”, continuó.
Por eso -agregó- propicien todos los días una experiencia fuerte de encuentro con Jesús, que es lo que va a sostener la vocación de ustedes. Si se empiezan a mirar el ombligo, vendrán las crisis; si lo miran a Jesús, no digo que no habrá crisis, pero esas crisis se van a poder resolver de otra manera, porque se las va a resolver el Maestro”.
Monseñor Domínguez también se refirió a Tomás, Eric y Gabriel, quienes recibieron el lectorado: “Este ministerio tiene como protagonista a la Palabra de Dios, no a ustedes. Ustedes van a servir a la Palabra de Dios, a través de la lectura de la Palabra de Dios en la liturgia, pero también sirviendo al pueblo de Dios en la catequesis”, explicó el obispo diocesano.
Y agregó: “Pongan la mirada en Jesús Maestro, que es Aquel que enseña con el corazón puesto en las cosas del Padre. Todos los días, y que no haya uno en que no, tomen en sus manos la Palabra de Dios, que ella los nutra en su oración personal, que ella los nutra también en su respuesta vocacional, y que sea, como dice la misma Palabra, luz para sus pasos y antorcha en el camino de ustedes”.
“No estudien la Palabra de Dios para aprobar un examen o para preparar una homilía el día de mañana. Estudien porque ahí está viva la voluntad que Dios quiere para cada uno de ustedes. Léanla con corazón y oído de discípulo. Acérquense a ella discipularmente, que ella les enseñe a configurar la vida con Jesús, el Maestro”, enfatizó.
En tanto, el obispo señaló a Maximiliano, quien recibió el acolitado: “Maxi, vas a recibir el Ministerio del Acolitado; estás cada vez más cerquita del altar. Cuando yo te entregue las ofrendas para que vos las prepares para el altar, te voy a decir que tengas una vida que te haga digno de estar cada día más cerca de Jesús. Vas a esforzarte para hacer que esa vida sea cada día más digna de estar cerca de Jesús, pero sabelo, para no angustiarte, que nunca vas a ser digno de estar en el altar. Como no lo soy yo, ni lo es nadie. Esto es un puro regalo de Dios, un regalo exagerado de Dios”.
“Vas a tener en tus manos la Eucaristía, para poder repartirla al pueblo de Dios. Por eso, viví la Eucaristía profundamente, que tu misa diaria no sea un cubrir el protocolo, sino que sea un camino de configuración con Jesús, el pan de vida, para que también tu vida sea alimento para el pueblo de Dios. Vas a poder llevar la comunión a los enfermos, llevales el consuelo y la fortaleza de Dios”, dijo.
Finalmente, subrayó: “A todos los chicos, ejerzan su ministerio con mucha responsabilidad; tómenselo en serio, porque la Iglesia confía en ustedes al entregarles este servicio para que el Pueblo de Dios crezca”.+