La Iglesia Católica en primera fila ayudando a los damnificados del ciclón Idai
- 29 de marzo, 2019
- Maputo (Mozambique)
A una semana y media después del paso del ciclón Idai el mar todavía se confunde con la tierra en la ciudad mozambiqueña de Beida. "La zona es un gran pantano y cada vez que baja el agua van apareciendo más cuerpos y las víctimas podrían superar las dos mil en las próximas semanas", dijo el obispo de Ncala y presidente de Cáritas Mozambique, el mercedario español monseñor Alberto Vera.
La catástrofe golpeó también Zimbabue y Malaui, pero Mozambique es, con diferencia, el país más afectado. "Aún hay personas en los tejados y en los árboles esperando a ser rescatadas, y cerca de 25.000 se encuentran en zonas donde el agua todavía no ha bajado su caudal", explica monseñor Vera.
La Iglesia católica, a través de Cáritas y otros organismos de ayuda se ubicó desde el primer momento en la vanguardia de la solidaridad con los damnificados. "Están trabajando a través del Instituto Nacional de Gestión de Calamidades. Han decretado el Estado de emergencia y han acudido a la zona del desastre, pero no gozan de credibilidad y muchas instituciones y partidos políticos estén tramitando su ayuda a las víctimas a través de Cáritas Mozambique", señaló el prelado.
A Cáritas Mozambique se le unieron representantes de diferentes Cáritas internacionales que han acudido al país africano para colaborar y dar ayuda humanitaria.
Monseñor Vera explicó a Alfa y Omega que "el 90 % de los tejados han desaparecido, pero el temor más grande son las diarreas y los brotes de cólera que ya han empezado a aparecer". Asimismo afirmó que se espera la llegada de un barco procedente de la capital, Maputo, con 400 contenedores repletos de ayuda.
"Lo hemos llenado entre la Iglesia católica, los aportes de empresas privadas y el Gobierno. Contiene 1.500 carpas, mucha ropa, viandas familiares para comer durante cinco días", expresó.
Sin embargo, el presidente de Cáritas Mozambique hizo un llamado a la comunidad internacional para que "la ayuda no sea solo puntual sino sostenida en el tiempo". En este mismo sentido, envió una carta a los fieles mozambiqueños en la que los alienta a la solidaridad "porque hay gente que se ha quedado sin nada. Han perdido todo: ropa, casa, comida. Las mismas estructuras de la Iglesia en la zona han sido borradas, nos hemos quedado sin iglesias, sin seminarios, incluso la casa del obispo se quedó sin techo". +