La diócesis de Puerto Iguazú despide a uno de sus diáconos

La diócesis de Puerto Iguazú comunicó el fallecimiento, a sus 59 años, del diácono permanente Alberto Martínez, de la localidad de Mado.

“¡Que Jesús te abrace en su corazón, hermano Beto!”. Con estas palabras, la diócesis de Puerto Iguazú despidió el 30 de enero al diácono permanente Alberto “Beto” Martínez, de 59 años, que vivía y trabajaba, junto con su familia, en la localidad de Mado, a pocos kilómetros de Eldorado.

El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Nicolás Baisi, estuvo presente dando su apoyo y palabras de consuelo a la familia, amigos y a la comunidad de Mado, un pueblo humilde a quien el hermano Beto dedicó toda su vida “en Palabra y obra”, señalaron.

Alberto había nacido el 24 de noviembre de 1961. Casado con María Antonia, y padre de Juan Fernando, vivió toda su vida en la comunidad de Mado, sobre el río Paraná, caracterizada por tener muchas familias de origen paraguayo.

Sufría de diabetes, lo que le había provocado la amputación de una pierna y derivó luego en su fallecimiento. Antes de que su salud empeorara, se dedicaba a cortar leña y a la fabricación del carbón. Su único ingreso era una muy modesta pensión del Estado.

En los pueblos del interior, donde los territorios son extensos y los sacerdotes son pocos, los diáconos permanentes son presencia de la Iglesia y testimonio del mensaje de Jesús. El hermano Beto fue un claro ejemplo de ello. La diócesis de Puerto Iguazú se une en oración por su descanso eterno y agradece a Dios por su vida entregada a sus hermanos. +